El experimento de una parte de la izquierda por alcanzar el poder manipulando al electorado para achicar el espacio del PSOE solo ha servido para dar aire a un Mariano Rajoy que estuvo contra las cuerdas y facilitar a la derecha la opción de formar Gobierno. Felicidades a tan hábiles estrategas.

La política es mucho más que tener un activo comando cibernético y diseñar campañas de márketing. La política se cimenta sobre mensajes, argumentos e ideas, sobre los sedimentos que deja un río que fluye lentamente durante años, y no sobre la efervescencia que emerge de dos botellines de cerveza recién abiertos. Por eso el PSOE ha aguantado el embate y, a pesar de obtener unos resultados insuficientes, sigue siendo el partido hegemónico de la izquierda y el único capaz de construir una alternativa de progreso ante las políticas reaccionarias del PP.

Esa alternativa articulada en torno a la figura de Pedro Sánchez se pudo consolidar en diciembre y no se quiso. Hoy, por desgracia, está más lejos. Otro de los errores que no calcularon, sí lo hizo el PP, fue tratar de polarizar el sentido del voto. O el PP o Podemos. Y eso movilizó claramente a un votante que se ha sentido incómodo ante los vaivenes ideológicos de la formación liderada por Pablo Iglesias y que, en efecto, ha votado con miedo a lo que decían unas encuestas chamuscadas. También en eso les salió mal la estrategia. Hablaron mucho del sorpasso y poco o nada de política. Cada encuesta la celebraban como un triunfo, montados en el carro de una victoria que nunca sería, viéndose ya en La Moncloa. Ahora reniegan de ellas y dicen que se manipularon para perjudicarles. Un despropósito.

Pero no quiero seguir analizando los errores de una formación cuya actitud, eso sí, va a tener nefastas consecuencias. Yo, a diferencia de ellos, los veo como aliados naturales. Porque será más difícil que salga adelante una ley de ingreso mínimo vital, que se supriman los aforamientos, que haya iniciativas contra la pobreza energética o un plan de choque para crear empleos dignos y de calidad, por poner algún ejemplo.

Algún día la izquierda deberá aparcar sus prejuicios históricos, sus recelos irracionales, y deberá actuar de forma conjunta para cumplir con el objetivo para el que nació: transformar la sociedad desde el progreso, la Justicia y la igualdad. Nos toca a todos reflexionar mucho sobre esto.

AHORA LE TOCA A Rajoy intentar reeditar un gobierno. Los resultados electorales son claros en este sentido. Para ello debe abandonar su indolencia genética y trabajar en busca de las alianzas pertinentes. Desde luego, no tendrá nuestro apoyo. Ni en forma de voto afirmativo ni en forma de abstención. Que nadie nos presione ni nos responsabilice del complejo escenario político emanado de la voluntad popular. Cuando fue nuestro turno lo intentamos, sin tener en cuenta el desgaste ni posibles peajes electorales. El PSOE apenas tiene una remota opción de Gobierno que solo se exploraría en el caso de que Rajoy fuera incapaz de lograr los apoyos necesarios.

Nuestros resultados, a pesar de aguantar, no han sido buenos y lo reconocemos. Pero refuerzan a nuestro candidato para liderar la oposición y hacer el trabajo que en dos años al frente de la secretaría general no le han dejado. Inmerso en cinco convocatorias electorales, que pronto serán siete, y en un ataque hacia su liderazgo sin precedentes en la democracia española, ni él ni su equipo han podido desarrollar al completo su sólido proyecto para España. Si todos los que han invertido tiempo en atacarle hubieran empleado ese esfuerzo en leer el programa socialista, comprobarían que hay una marcada estrategia para reformar el país, transformarlo y recuperarlo de cuatro años de políticas antisociales. Es el momento de que el PSOE actúe unido y las voces internas que trataron de debilitarlo actúen con responsabilidad y criterio. Nadie puede presumir de nada.

A pesar de que estos no han sido los resultados que el PSOE habría deseado, en Aragón llevamos dos convocatorias mejorando nuestros porcentajes. Tímidamente, se va notando la recuperación socialista, tanto en la ciudad de Zaragoza como en el resto de Aragón. Esto deber servir de acicate para no dormirnos y acercar más el partido a la ciudadanía, recuperar la calle, las asociaciones y las universidades. Estar allí donde haya un ciudadano con problemas. La gestión de un año de Gobierno PSOE-CHA ha sido bien valorada por los electores, pero debemos seguir ese camino e intensificar nuestro trabajo para volver a ser la fuerza más votada frente a un PP que se ha beneficiado de la torpe estrategia de quien vino a regenerar la política y de momento solo la ha emponzoñado. Estoy segura de que todos hemos aprendido la lección.

Diputada electa por Zaragoza y miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE