La cárcel viene a ser un tótem para gran parte de los españoles, convencidos de que administrando penas de prisión a diestro y (más bien) siniestro la gente dejará de hacer barbaridades, se portará mejor o pasará por el aro. El talego, mako, estaribel o presidio aparece como un instrumento fundamental de la justicia y la venganza (que en este país suelen ser lo mismo). Así las cosas, estábamos pendientes de si el cuñado del Rey iría o no a tan indeseable lugar; pero la segunda gran redada contra el secesionismo catalán ha puesto las cosas en su sitio. El grito de ¡Todos a la cárcel! resuena triunfal a lo largo y lo ancho de la piel de toro. Aunque todos-todos no acaban allí.

Los nacionalistas catalanes están llamados a ser carne de chabolo. Nadie duda de que se van a comer marrones como toros (toros españoles, por supuesto). La Guardia Civil realiza informes demoledores que el Ministerio del Interior filtra a los medios amigos a través de grupos de WhatsApp creados ex profeso. Así, el encarcelamiento a granel y sin fianzas ni zarandajas se ha convertido en la única forma de conjurar el soberanismo republicano. Se pretende, parece ser, poner entre rejas a los del Govern independentista, a los anteriores jefes de los Mossos, a los periodistas supuestamente sediciosos, a los editores sospechosos. Que no se salve ni la Virgen de Montserrat.

A la cárcel, asimismo, los titiriteros, los raperos, los manteros, los blasfemos, los zafios, los radikales y los propaladores de bulos. Si acaso, ya llegará el momento de que obtengan una absolución por los pelos, o que les den la razón en el Tribunal de Estrasburgo. Pero antes, que sepan lo que es la ley y la Justicia.

¿Y los corruptos?. Bueno... Si son mangantes tipo Correa, El Bigotes y demás, sí se eternizan en la penitenciaría. Pero si son o fueron altos cargos políticos, acaban saliendo a la calle porque los sumarios que les afectan se alargan y se alargan y se alaaargan. Fíjense: ni los chorizos del Palau (ya condenados) ni siquiera los hijos de Pujol (objeto de mil y un procesamientos) están presos a día de hoy. ¡Y eso que son catalanes!