Aquel hiriente mensaje en medio de la fiesta de Las Palmas por el ascenso, dirigido hacia el Zaragoza y hacia Ranko Popovic estaba tan latente que Juan Emmanuel Culio no necesitó ni que le preguntaran para aclararlo, para pedir disculpas. "Mi intención no fue dañar a nadie. Si alguien se sintió mal o interpretó mal mis palabras o esta dolido, le pido mil disculpas", aseguró el argentino. Y fue, además, más allá. "Si tuviera que pedir perdón sería si no asciendo, por no subir con este equipo tan grande. Ahí me pararé a la gente para decirle 'perdón afición por no ascender'. Ahí sí", añadió el centrocampista, que firma hasta 2017.

Explicó también su referencia a Popovic: "Nos había faltado al respeto a nosotros. Mi cabreo era con él. Lo hubiera hecho igual de haber estado yo en el Real Zaragoza, porque hubiese defendido al club", añadió, para poner más énfasis en su nula intención de dañar al zaragocismo: "Si yo hubiera querido hacerle mal al Zaragoza no habría venido. Me hubiera quedado en Las Palmas o habría ido a otro club".

Pidió entonces Narcís Juliá, director deportivo, no ahondar más en el tema, ya explicado, y centrarse en el futbolista. En Culio, de 32 años, habita un jugador de dilatada carrera y que conoce muchas de las claves del fútbol. "Estoy que parezco un niño de 15 años que recién empieza a jugar al fútbol, muy ilusionado y agradecido al club", explicó sobre sus sentimientos.

BROCHE DE ORO

"Cuando me hablaron del Zaragoza ni lo pensé. Ascender aquí sería en mi carrera un broche de oro, algo fantástico. Ojalá que todos juntos lleguemos al objetivo de ascender con un club tan grande, que cuando termine el año estemos todos festejando", indicó.

No fue casual en sus palabras remarcar esa unidad: "Fuera del campo también se juega. Es muy importante tener el vestuario unido". Culio habló con Wilk, Willian José o Paco Herrera y le dieron excelentes referencias, como también su amigo Cáceres.

Con Culio el Zaragoza gana un jugador al que no le va a quemar la pelota, al que la presión le afecta menos que a otros: "Presión siempre hay en todos los ámbitos de la vida. Presión de verdad es que tus hijos no tengan para comer. Yo lo que tengo que hacer es trabajar a full y llegar al objetivo", indicó, para acabar dejando claro su entrega incondicional: "Voy a muerte ahora por esta camiseta, daré lo máximo. Esta afición me gusta mucho porque es exigente".

Juliá, por su parte, agradeció la "predisposición" de Culio para venir al Zaragoza en una operación muy complicada que se acabó por cerrar: "Valoro su ambición futbolística, tiene calidad y un gran carácter. Necesitábamos en el vestuario un referente y la plantilla puede verlo así para tirar del carro por ese carácter ganador y competitivo".