Cada maestrillo tiene su librillo y todos los entrenadores, los buenos, los malos y los regulares, tienen un punto en común. A todos les gusta llevar a sus equipos a jugadores que hayan dirigido anteriormente y con los que gestaron una profunda confianza profesional y, muchas veces, personal. Es el caso de Aria Jasuru Hasegawa, el exótico fichaje japonés que ayer anunció el Real Zaragoza. El centrocampista llega al club avalado por la fe que tiene en él Ranko Popovic, que lo dirigió en Japón y quedó prendado.

Según el técnico, Hasegawa es un buen futbolista, de toque, al que descubrió en la mediapunta y retrasó para darle mando en la creación. A simple vista viene para ocupar el rol de Galarreta, con lo que el listón que tendrá que saltar para mejorar el puesto tampoco será demasiado alto. Hasegawa es ya el Galca, aquel jugador fetiche de Flores, de Popovic.