La noticia de la marcha de Natxo González al Deportivo de La Coruña sacudió ayer intensamente los cimientos del Real Zaragoza. El técnico vasco será el próximo entrenador deportivista en Segunda División, una noticia que llega en el momento más inoportuno. En las vísperas a la promoción, justo cuando el club aragonés se va a jugar su ascenso a la máxima categoría del fútbol español. Para normalizar esta espinosa situación compareció ayer en rueda de prensa Lalo Arantegui. Otra vez él. Como ya hizo en el mes de enero para salvaguardar al técnico de Vitoria ante la mala racha de resultados.

El director deportivo quiso transmitir un caluroso mensaje conciliador mediante un discurso donde apeló a la unidad de todos en este momento tan importante de la historia del Zaragoza. «Solo hay dos plabras; playoff y ascenso. Por encima de esto no puede haber ninguna individualidad», clamó.

Lalo Arantegui saltó ante los medios escudado por Luis Carlos Cuartero, director general, José Mari Barba, secretario técnico, y el presidente, Christian Lapetra. «Vengo a explicar y a aclarar los últimos acontecimientos en torno a nuestro entrenador», espetó nada más tomar asiento. Varios medios lanzaron en la madrugada del miércoles la noticia de que el Dépor había llegado a un acuerdo con Natxo para la próxima temporada. Justo en el momento en el que el equipo zaragozano cuenta con opciones de ser tercero y tiene la promoción a la vuelta de la esquina. «La plantilla está muy centrada en el objetivo y en las palabras clave, que no pueden ser otras que la del playoff y la del ascenso. Por encima de las personas está el club. Aquí estará quién quiera estar. No me cabe duda de que nuestro jugadores, cómo nuestro técnico actual, van a pelear con uñas y dientes por el ascenso».

Sus palabras apelaron a ese necesario vínculo entre todas las partes del equipo que se ha ido forjando con el paso de los meses. «Nos lo vamos a jugar todo. Os pido a todos el unirnos y pelear por el mismo objetivo, porque es el bien común», relató. Natxo tiene por delante un año, más otro opcional, de contrato con el club zaragozano. «A día de hoy sigue siendo el entrenador. Natxo nos ha transmitido que ha tenido el interés de varios clubs pero está centrado en el equipo. Es la obligación de un profesional darlo todo hasta el 30 de junio y no me queda duda de que así va a ser».

LA FIGURA DE NATXO

Cabría pensar que el técnico pudiera perder el rumbo ante este aluvión de noticias y un futuro que va a estar en la ciudad coruñesa. Sin embargo, el director deportivo zaragocista escapó de toda posible hipótesis con un tajante: «Natxo González es el que nos tiene que llevar a Primera División».

Incluso confirmó que jamás valoraron en destituirle por estas noticias. «Sería una locura que no acabase la temporada», sentenció Lalo. El equipo se juega en quince días todo aquello por lo que ha suspirado durante este longevo periplo de cinco años por Segunda. «Solo me preocupa el Barcelona B, quién me va a tocar, si voy a jugar el miércoles o jueves, ver a una plantilla enchufada y feliz, ver a un cuerpo técnico comprometido... Yo lo único que quiero es celebrar el ascenso a Primera. Hemos sufrido tanto y ahora estamos en un momento para disfrutarlo. Este tema no nos hace ningún bien, nos interesa estar todos unidos y pelear por un mismo objetivo», aseveró.

La situación del Real Zaragoza en la Segunda División es envidiable. Un equipo en alza, con futbolistas en un gran estado de forma, y un preparador muy cotizado. Todos están bien valorados. «Es normal que nuestro entrenador y nuestros jugadores estén en la quiniela de otros equipos. No me cabe ninguna duda de que no se va a pensar en otra cosa que no sea la unión», dijo Lalo Arantegui con su tono pacificador.

La situación quedó aplacada de forma contundente por el director deportivo. Hizo lo que tenía que hacer. Salir y hacer frente a cualquier tipo de información para defender los intereses del Zaragoza. «Nuestra ilusión es subir a Primera en quince días, ya valoraremos más adelante el próximo año», concluyó el director deportivo zaragocista.