Con el abismo a un paso, deudas millonarias y casi inasumibles y una venta interminable pendiente de resolución, al Real Zaragoza solo le queda un sentimiento. Ese que demostraron el jueves cerca de 15.000 zaragocistas, que acudieron a la plaza del Pilar para pedir ayuda para el club.

"Sin una protesta así, es muy difícil que aparezca una solución. Tiene que servir para concienciar a los poderes públicos para que fuercen un cambio accionarial real", explica Iván Andrés, del Movimiento Avispa. La reacción de la afición llega en uno de los momentos más críticos para el Zaragoza. "Creo que la protesta puede ayudar para que los diferentes entes del club se den cuenta de la cantidad de aficionados que tiene la entidad y que apuestan por su supervivencia", afirma José Vicente Casasnovas, presidente de la Federación de Peñas.

"La protesta era necesaria para demostrarle a la gente de la que depende buscar una alternativa viable que merece la pena hacer el esfuerzo que sea, que hay gente detrás", analiza Jesús Glaría, presidente de la Agrupación de Veteranos. "Se vio que hay un frente común, que el Zaragoza es un bien de nuestra ciudad", añade.

"Las concentraciones siempre aportan a la causa. No podemos dejar caer al equipo. El fútbol son sentimientos y si no hay sentimientos no hay fútbol", dice Joaquín Rivera, de la Peña Santa Isabel. "Fue necesaria, porque la situación se les está yendo de las manos. Zaragoza merece tener este equipo", alega Ana Pilar Marín, de la peña Parque Goya. Raúl Lacoma, de la peña 20 Copas-Fernando Soriano, va más allá. "El Betis se salvó porque 5.000 personas fueron a la puerta de la casa de Lopera. Igual aquí habría que hacer lo mismo".

Sin publicidad, un problema no existe. Y, ahora, mucha más gente sabe en qué situación está el Zaragoza. "Lo más importante es que esta protesta ha trascendido a toda España y se ha conseguido que el fútbol nacional se sienta cómplice de nosotros", señala Andoni Cedrún. No obstante, advierte de que la marcha por sí sola no soluciona la realidad. "También creo que a Agapito esta protesta le da exactamente igual, aunque espero que sirva para que las demás personas relacionadas con la directiva vean la afición que posee el equipo", añade Cedrún. De acuerdo se muestra otro exportero, César Láinez: "Yo creo que no ha sido una protesta sino un despertar. No creo que vaya a ayudar, pero los dirigentes que entren han podido ver esa masa social viva del Zaragoza". Masa que, al fin, estuvo unida.

"No solo eran los habituales de La Romareda. Veías familias enteras, gente mayor y chavales muy jóvenes en la plaza donde hemos celebrado triunfos", aduce Luis Miguel Guillén, de la peña La Almozara.