Borja Iglesias es indiscutible para Natxo González. Es la referencia del equipo y no solo por sus goles, ya que por ejemplo ante el Rayo no marcó, pero fue clave con las jugadas que propiciaron el segundo y el tercer tanto de esa victoria. Sin embargo, el delantero gallego está viviendo una sensación contradictoria en este curso, donde acumula siete goles, pero ya vive por segunda ocasión en esta temporada la sequía de acumular cuatro jornadas sin marcar, algo que no le sucedía desde marzo del 2016. Y es que Borja hizo una campaña maravillosa en la 16-17 en el Celta B, con 32 dianas en la Liga y otras dos en el playoff con el que no logró subir a Segunda con el cuadro vigués.

Esos números le dieron el pasaporte para jugar en Segunda y él eligió hacerlo en el Zaragoza, cedido por la entidad gallega. Obviamente, el salto de categoría hacía casi imposible mantener ese rendimiento de cara a puerta, aunque Borja, con siete tantos en 15 jornadas (en todas fue titular) no lleva malos números ante el gol. Cuatro de ellos los hizo en dos dobletes en Córdoba y Sevilla. Mientras que en La Romareda solo marcó de penalti, ante Granada, Numancia y Osasuna (además anotó en Copa también de pena máxima ante el conjunto nazarí). Así, ha visto puerta en cinco jornadas de quince y ya lleva dos packs de cuatro encuentros ligueros consecutivos sin marcar.

El primero lo firmó en los duelos ante el Alcorcón, el Lugo, el Nástic, donde fue expulsado a los 44 minutos, y el Oviedo, para volver a marcar ante el Numancia, cuando llevaba 391 sin anotar. Ahora mismo suma 362 desde que anotó la segunda diana ante el Sevilla Atlético. No firmó gol contra la Cultural, el Huesca, donde fue relevado a falta de 10 minutos, el Rayo Vallecano y el Almería para arrastrar esa sequía en la actualidad.

El curso pasado, queda dicho, no vivió ningún periodo de abstinencia así, por lo que hay que viajar hasta marzo del 2016, donde estuvo hasta 16 partidos y 18 jornadas (se perdió 2) en el Celta B sin marcar, para contemplarle una crisis goleadora peor. En aquella ocasión la frenó con un gol al Izarra en la jornada 30.

Molestias en el gemelo

Además, el delantero gallego acabó con molestias el duelo ante el Almería, con un golpe en un gemelo. Ayer, con una visible cojera, se ejercitó en el gimnasio y también es posible que lo haga al margen mañana, en la vuelta al trabajo, pero ni el jugador ni el club tienen dudas de que podrá estar disponible ante el Reus el sábado, donde su concurso se antoja fundamental para que vea puerta y el Zaragoza pueda reaccionar ante su crisis con una victoria muy necesaria.