Anda quejoso Popovic los últimos días. Lleva semanas protestando porque se le van cayendo piezas y no puede hacer los entrenamientos apropiados. Sus quejas aumentaron en Mendizorroza, adonde llegó con lo justo y se marchó con lo puesto. Las lesiones de Mario, que se quedó en una contusión, y Bono, con una rotura de fibras en el cuádriceps, unidas a las sanciones de Rico y Galarreta, han encendido la luz roja en el Real Zaragoza, que empezó la semana con tan solo 11 jugadores de la primera plantilla disponibles. Se puede decir que tiene motivos para estar disgustado con la nueva plaga de bajas, aunque no esté tan claro que el bajón en el rendimiento del equipo se deba al hecho de que tiene menos elementos para entrenar. Sea como sea, se va a enfrentar a su semana más complicada en este sentido.

El serbio insiste en que el equipo es otro cuando faltan futbolistas en las sesiones previas al partido. "Si entrenas toda la semana con la mitad de lo que tienes, eso se refleja en los partidos", dijo Popovic, que empezará a averiguar hoy qué equipo puede alinear el domingo frente al Llagostera.

No sonaron bien las excusas de Popovic en Vitoria porque pudo presentar un once inicial bien parecido al de muchas otras jornadas. Pareció más cosa del fútbol, de la disposición y el desarrollo táctico. Detrás van las bajas, que se multiplican esta vez. Hasta nueve jugadores son baja o duda para el encuentro del domingo. A la espera de que la semana vaya dejando buenas noticias, Bono, Rubén, Basha, Jaime y Javi Álamo son bajas seguras por lesión. A ellos que hay que añadir a Rico y Galarreta, que no podrán actuar por sanción. Quedan Whalley y Mario, que arrastran molestias pero que todo apunta a que llegarán.

El caso de las lesiones musculares no es nuevo en el Zaragoza. Popovic tiene claro que todo se debe a la mala planificación de la pretemporada. Lo que es lo mismo, a la breve preparación. Se sabe que a Víctor Muñoz le hicieron el equipo tarde, muy tarde, y que la gente comenzó a coger la forma con la competición en juego. Así que solo los que estaban desde el principio, bien pocos, llegaron a la Liga en condiciones.

Alcolea, Fernández y Álamo son los únicos futbolistas del primer equipo que completaron una preparación estival razonable y ninguno ha sufrido lesiones musculares, lo que podría corroborar esta teoría. Tampoco hay otra explicación científica seria, aparte de encontrarse con una plantilla corta, versión más discutible si se entiende que Whalley, Vallejo, Rico y Tierno han utilizado todo su tiempo con el primer equipo. No solo han sido habituales en las convocatorias, sino en algunos casos fijos durante mucho tiempo en el once de inicio.

Pero la lista es larga, un total de 8 futbolistas y 17 lesiones en total. Empieza y casi termina por Basha, el suizo que eligió Víctor y que fue el primero en caer. Primero en agosto y luego en septiembre, con una elongación y una rotura del bíceps femoral que le tuvieron casi ocho semanas al margen. Su recuperación completa fue larga y ahora se ha topado con un problema en los isquios que le dejará otro mes apartado.

El otro futbolista más perjudicado por las lesiones es Rubén, que cayó en noviembre ante el Betis con una rotura en el aductor que le dejó seco seis semanas. Recayó a final de año y lleva ya ocho semanas sin entrenarse con el equipo. Le faltan, al menos, otras dos. Jaime también ha sufrido estragos musculares. Sufrió una rotura ya en agosto que le dejó un mes fuera y otro problema muscular en el bíceps pareció apartarlo dos semanas. Duró 10 minutos ante el Barça B y no ha regresado. Se perderá al menos otro partido.

Quedan Mario, cuya rotura en el sóleo le impidió jugar dos meses --tuvo que añadir un tiempo extra debido a sus molestias en el tendón de Aquiles-- y Vallejo, al que le repiten las molestias y ya ha caído en dos ocasiones: una contractura muscular en septiembre (2 semanas) y una rotura en el bíceps femoral en noviembre (7 semanas). Rico (bíceps), Bono (bíceps) y Eldin (isquiotibiales) completan esta lista, aunque sus lesiones fueron menores.