Abraham Minero, que la temporada pasada jugó cedido en el Eibar en Primera División, ha vuelto este verano al Real Zaragoza para quedarse y para intentar ayudar al conjunto zaragocista a ascender a la máxima categoría. Por ese motivo ha aceptado adecuar su contrato a las actuales posibilidades económicas del club y ampliarlo para una tercera temporada. "Las conversaciones se han alargado, pero al final cuando cada uno pone de su parte para buscar una solución se encuentra. Ha sido largo, pero estábamos tranquilos porque todos queríamos que fuera como ha sido al final. La verdad es que estoy muy contento", afirma el lateral.

Pero el acuerdo para su continuidad en la plantilla zaragocista no se pudo cerrar hasta el viernes pasado, solo unas horas antes de que el Zaragoza tuviera que disputar el primer partido de Liga en campo del Mirandés, donde Abraham todavía no tuvo minutos de juego. Eso ha provocado que haya tenido que vivir la pretemporada con cierta incertidumbre sobre su futuro. "Estar así es un poco desagradable porque nos sabes lo que va a pasar pero tanto por mi parte como por la del club estábamos dispuestos a llegar a un acuerdo y finalmente fue posible. Estoy agradecido al club y ahora lo que me toca es trabajar a mí. Hay que luchar cada día para conseguir un puesto", comenta el defensa.

EL APOYO DE POPOVIC

En su continuidad también ha tenido que ver mucho Ranko Popovic, que desde el primer momento apostó por contar con sus servicios. "El míster ha estado en todo momento muy cerca de mí e interesándose por mi situación. Le estoy agradecido por sus palabras, pero muchas veces le digo que no me gusta que me halague en público porque el halago debilita. Pero estoy muy agradecido por sus palabras y ahora lo que toca es devolverle su confianza con mi trabajo", explica Abraham Minero, quien añade: "He vuelto con con la mayor ilusión, a ayudar al equipo y al míster en todo lo que pueda".

El lateral se fue el pasado verano cedido al Eibar dejando al Real Zaragoza en Segunda División y ahora reconoce que la gustaría devolver al cuadro aragonés a la Primera División. "Todos sabemos cuál es el objetivo, pero también que va a ser complicado. No va a ser fácil y tendremos que ir partido a partido", dice Abraham, quien reconoce que para él es una especie de revancha poder ascender al Zaragoza a Primera. "Yo tengo una ilusión diferente de la que puedan tener los demás porque vine a Zaragoza con un equipo que estaba en otra categoría y me gustaría terminar esta temporada dejando al Real Zaragoza donde se merece. También digo que no será fácil y que por eso no me gusta hablar de futuro, pero está claro que mi sacrificio, mi humildad y mi trabajo van a estar cada día en el entrenamiento para conseguirlo. Todos tenemos que arrimar el hombro, luchar, y en los momentos malos, estar todos unidos. Hay que hacer un bloque fuerte para hacer un Zaragoza importante en esta categoría", afirma.