Siempre hay reservas de última hora, que se materializan en función de la previsión del tiempo. Pero, a falta de estas confirmaciones, el Bajo Aragón ya podría decirse que roza el lleno de ocupación, ya que ayer tarde se situaba en el 97,5%, según apuntó la gerente de Turismo Bajo Aragón, Nieves Ballestero.

La asociación oferta en torno a 400 camas, la mayor parte de alojamiento rural, y algunas de las cuales se reservan con una antelación de seis meses. «Es cierto que, según nos comentan los socios, hay una tendencia a cancelar mucho, pero se vuelven a reservar», indica Ballestero, quien reconoce que para la comarca, el periodo de Semana Santa y el Premio Moto GP de Motorland son los dos grandes eventos turísticos.

Aunque se ofertan otras actividades complementarias, la gerente asegura que, en esta época, los visitantes se centran en la Ruta. «Como cada municipio tiene una peculiaridad, van de pueblo en pueblo y se quedan en la zona», explica. Y añade que el origen del visitante está casi afianzado, la mayoría procede de Cataluña, Valencia y Madrid.

ESTANCIA MEDIA

La pernoctación media es de una semana o de tres o cuatro días, que se ciñen a los días centrales de la Semana Santa bajoaragonesa y que dan comienzo esta medianoche, con la rompida de la hora en todos los municipios (Albalate, Alcorisa, Andorra, Híjar, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Gaén) excepto Alcañiz, que no lo celebra, y Calanda, que tendrá lugar a las 12 del mediodía de mañana.

La Ruta del Tambor y el Bombo se creó en los años 70, al unirse todos los municipios para poner en valor los miles de bombos y tambores que rompen la hora al unísono (con las dos salvedades citadas) y permanecen tocando hasta el Sábado Santo. Es su manera de escenificar el dolor por la muerte de Cristo.

Además cada uno de los pueblos añade sus peculiaridades lo que hace de esta ruta un atractivo turístico que crece de año en año y a la que le falta, tal y como reflejan las estadísticas, el gran salto internacional.