Casi cien inmigrantes protagonizaron ayer un nuevo intento de entrada irregular por la valla de Melilla, que duró más de diez horas debido a que unos 30 subsaharianos se encaramaron a la alambrada, aunque finalmente desistieron y quedaron a cargo de las autoridades marroquíes. Sólo dos subsaharianos consiguieron superar por completo el vallado fronterizo y el dispositivo anti-intrusión de la Guardia Civil, aunque el intento de entrada fue especialmente complejo debido a que el peligro de caída era aún mayor por el fuerte viento que azota a Melilla, que está en alerta amarilla por rachas de hasta 80 kilómetros por hora. Durante el tiempo que permanecieron colgados, la Guardia Civil habilitó escalerillas para que bajaran y se llegaron a colocar colchones, pero los inmigrantes se negaban a cumplir las órdenes.

Otros cinco inmigrantes fueron trasladados al Hospital Comarcal para ser atendidos, uno en estado grave por un traumatismo craneoencefálico que sufrió después de que un tramo de valla se desprendiera parcialmente por el peso y cuatro subsaharianos cayeran desde seis metros de altura. Sus tres compañeros, que cayeron encima de él, también requirieron asistencia sanitaria por contusiones y magulladuras leves, aunque fueron dados de alta y trasladados al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), mientras que un quinto extranjero fue trasladado al hospital tras más de 9 horas sobre la valla, sin que se conozca su estado de salud.