El pederasta Joaquín Benítez --exprofesor de gimnasia que ayer quedó en libertad provisional con cargos tras prestar declaración ante el juez-- campó a sus anchas durante 35 años en el colegio de los Maristas de Sants-Les Corts (Barcelona). Incluso tras confesar que había abusado al menos de un menor en el 2011, siguió en libertad y en contacto con niños de 12 a 17 años, trabajando de monitor en diversos pueblos de Gerona. Nadie se lo impidió.

Al rosario de nuevos casos que están saliendo a la luz estos días hay que sumarle nuevas pruebas halladas por el periódico de Catalunya y que apuntalan la existencia de un pacto de silencio en el colegio. Una nueva víctima sufrió tocamientos por parte de este profesor de educación física en dos ocasiones. En la primera de ellas, Benítez llegó a ser sorprendido por un profesor del centro. La puerta de su despacho se abrió de improviso y un compañero le descubrió manoseando a un alumno de 9 años, al que había desnudado hasta dejarlo solo con los calzoncillos. Benítez disimuló comentándole "lo recta que tenía la espalda".

El otro profesor dio por buenas las explicaciones, cerró la puerta y los dejó a los dos allí. Este profesor no dijo nada. O, si lo hizo, lo que habría dicho se terminó silenciando. Benítez terminó atrapando al chico, que hoy ya tiene 40 años, algunos días más tarde para palparle los genitales durante un "rato que se hizo muy largo" al final de la clase de gimnasia. La excusa fue "hacerle una revisión de sus abductores al final de una sesión", detalla. Todos estos años ha guardado ambos encuentros en una nebulosa de su memoria.

Según ha podido saber también el Periódico de Catalunya, un alumno envió correos a la dirección del colegio en el 2010, avisando de que había sufrido abusos por parte de Benítez. Estos mails ya están en posesión de los Mossos, según le consta al principal denunciante de esta causa, el padre del chico agredido sexualmente entre el 2006 y el 2010, y que es quien al final ha logrado tirar de la manta. Esto significa que este aviso, que ha recogido en su cuenta (abusosenmaristas@gmail.com) fue ignorado mientras aún duraba el calvario que estaba padeciendo su hijo. Al centro le tocará esclarecerlo, cuando se confirme que se enviaron estos correos.

Estas dos alarmas desoídas por el centro cuadran con una reflexión que el propio Benítez hizo el viernes, en una entrevista exclusiva, al Periódico de Catalunya: "Supongo que los Maristas han hecho lo posible para que todo esto no trascendiera". La madre de varios hermanos que han estudiado en cursos recientes lo ha resumirlo así al diario: "Era un secreto a voces". La mujer apunta tanto a la dirección, subrayando que "gente de peso dentro de la estructura del colegio lo sabía", como a numerosas familias del entorno de los Maristas, porque "podrían hablar y no lo hacen". De hecho, ella se autoinculpa: "Yo misma he callado también". "Estaba en boca de todos los niños y si no les hicimos caso fue porque, mientras no le toque al tuyo, callas", añade.

En el 2011, el vicario provincial de los Maristas, tras recibir la queja de una familia y reconocer Benítez la acusación, presentó un escrito en el juzgado de instrucción número 9 de Barcelona. Pero la causa se sobreseyó porque los padres de esta víctima decidieron no declarar ante el juez. Benítez, tras admitir los abusos, eludió la justicia pero perdió su puesto de profesor de gimnasia en los Maristas. Sin embargo, siguió trabajando y en contacto con jóvenes.

El consejero catalán de Justicia, Carles Mundó, criticó ayer que el colegio "podía haber sido más exigente" en su intento de aclarar los hechos. Y también lamentó que la Fiscalía no hubiera sido más eficiente. Ni el colegio ni el sistema judicial fueron capaces de detener a Benítez.

LIBRE CON CARGOS

Joaquín Benítez llegó ayer a dependencias judiciales custodiado por tres agentes de paisano de los Mossos, cubierto con una chaqueta, y realizó una declaración bastante imprecisa. El pederasta declaró en condición de imputado, asistido por un abogado de oficio, tras ser reconocido por un forense. Y quedó en libertad provisional con cargos. El juez le ha prohibido la salida del territorio español, le ha retirado el pasaporte, ha acordado que comparezca semanalmente en comisaría y le ha vetado realizar actividades educativas, culturales, recreativas o de cualquier otro tipo con menores.

El principal denunciante que abrió este caso, el padre de una víctima que padeció abusos entre 2006 y 2010 por parte de Benítez, mostró su indignación: "Soy incapaz de entenderlo".