El estado de California, el más poblado de EEUU, ha aprobado esta madrugada una dura legislación que prácticamente hace obligatorio vacunar a los niños. La ley, que ahora debe firmar el gobernador, Jerry Brown, elimina las exenciones por motivos religiosos y personales que hasta ahora podían alegar los padres para no vacunar a sus hijos. Este posicionamiento llega después de que el pasado enero se detectara un brote de sarampión en Disneyland que afectó a un centenar de personas. California se suma así a otros estados de EEUU que están endureciendo sus leyes para frenar a los antivacunas.

La nueva normativa ha recibido el apoyo del Senado --la semana pasada ya pasó el trámite de la Asamblea del estado-- por 24 votos a favor y 14 en contra después de incluir unas enmiendas que otorgarán a los padres un plazo de un año para cumplir la ley. También se les dará facilidades para obtener exenciones por motivos médicos.

Ahora todas las miradas están puestas en el gobernador Brown, un demócrata que en el pasado se opuso a eliminar la exención por motivos religiosos. Su secretario de prensa, Evan Westrup, ha asegurado que "considerará cuidadosamente" la ley. "El gobernador cree que las vacunas son muy importantes y un beneficio para la salud pública", ha añadido en un comunicado.

CAÍDA DE LA VACUNACIÓN

La medida ha irritado a algunos grupos religiosos conservadores y a padres preocupados por los posibles efectos secundarios de las vacunas.

En los últimos años las tasas de vacunación en muchas escuelas de California han bajado por la negativa de los padres a inmunizar a sus hijos. Aunque la mayoría de niños están vacunados, en algunas escuelas, ubicadas en comunidades liberales, la tasa de vacunación está por debajo del 92% que se considera necesario para mantener la inmunidad del grupo y asegurar que los que no están vacunados o los que tienen sistemas inmunitarios débiles estén protegidos.