Un equipo del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) ha descubierto que el agujero de la capa de ozono se ha reducido más de cuatro millones de kilómetros cuadrados (superficie equivalente al tamaño de la India y España juntas) desde el año 2000, cuando alcanzó su máximo. Los acuerdos alcanzados en 1987 para eliminar en todo el mundo el uso de los clorofluorocarbonos (CFC), procedentes en su gran mayoría de los sprays, empiezan a dar sus frutos.

El estudio del MIT, publicado en la revista Science, establece que más de la mitad de esa reducción del agujero se ha debido a la disminución del cloro atmosférico. Esa recuperación se ha ralentizado en ocasiones debido a los efectos de las erupciones volcánicas, como la del volcán chileno Calbuco, que tuvo su última gran erupción el mes de abril del 2015. "Ahora podemos estar seguros de que los pasos que hemos dado han puesto al planeta en el camino de la recuperación", afirmó Susan Solomon, la autora principal del estudio. A medida que los niveles de cloro vayan disipándose de la atmósfera, Solomon no ve motivos por los que el agujero de la capa de ozono no seguirá encogiéndose y se cierre de manera permanente hacia mediados de siglo. La científica confesó que el descubrimiento "ha sido una sorpresa" para ella porque "no pensaba que ocurriría tan rápido". "La ciencia ha ayudado a mostrar el camino, los diplomáticos, países e industria han sido increíblemente capaces de trazar un camino de salida para esas moléculas y ahora estamos realmente viendo cómo el planeta empieza a ponerse mejor. Es algo maravilloso", celebró Solomon.

Solomon fue quien descubrió en 1986 la relación entre la presencia de cloro, la incidencia de luz y la baja temperatura de la atmósfera como factores clave que condicionan la desaparición del ozono estratosférico, en un trabajo por el que obtuvo el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en 2013.