Un año tras otro (y este no ha sido una excepción), se produce en los despachos de las empresas españolas la misma escena: uno o varios trabajadores musulmanes que piden a sus jefes una ración extra de flexibilidad horaria durante el Ramadán. Con más o menos 300.000 musulmanes asentados en España, el número de pequeñas negociaciones es ingente y basado en nada más que la buena voluntad de los patrones, y puesto que ni lo uno ni lo otro parece demasiado razonable, los sindicatos han pensado que lo adecuado es buscar un marco común para la negociación. Y trabajan en ello.

Empieza mañana el noveno mes lunar según el calendario islámico y millones de musulmanes de todo el mundo se disponen a demostrar y alimentar su fe mediante el ayuno y la abstinencia. El Ramadán se solapa este año con el mes de agosto (el día 30 es el último de ayuno), de modo que en España, para evitar problemas, muchos musulmanes lo han hecho coincidir con las vacaciones. La casualidad es puntual, y comoquiera que en el calendario occidental el mes sagrado se adelanta cada año unos 10 días, tanto CCOO como UGT hacen esfuerzos por normalizar las cosas, haya o no haya vacaciones; el instrumento se llama Acuerdo para la Gestión de la Diversidad.

RELIGIÓN, FAMILIA, OCIO "De lo que se trata es de distribuir el trabajo para dar respuesta a las necesidades personales de los empleados, siempre respetando, por supuesto, el cómputo final de horas anuales", explica Ghassan Saliba, responsable de Inmigración del sindicato CCOO. El acuerdo ni está dirigido en exclusiva a la población inmigrante ni está pensado solo para la coyuntura del Ramadán, dice. "Hablamos de la gestión de la diversidad en un sentido amplio, no solo desde el punto de vista religioso sino, por ejemplo, de las fiestas nacionales, de la conciliación familiar, incluso del ocio", añade. "El objetivo es que la distribución del horario no quede como una voluntad del centro de trabajo, sino como un derecho del trabajador", explica Saliba.

Si bien es cierto que los casos de conflicto son aislados, y que tanto los sindicatos como las asociaciones de musulmanes destacan que entre los empresarios hay siempre disposición y buena voluntad, parece sensato definir unas reglas de juego. "Flexibilizar los horarios en Ramadán siempre ha sido un detalle de cortesía por parte de la empresa hacia el trabajador", recuerda Mohamed Iqbal, secretario del Centro Cultural Islámico Camino de la Paz. "Y salvo algún caso concreto, siempre ha existido esa generosidad de parte del empresario. No tenemos queja".

UGT también promueve la firma de estos acuerdos; al igual que CCOO, con un éxito inferior al deseado. "De momento se han firmado unos poquitos acuerdos, pero estoy seguro de que en los años venideros se firmarán más y más. Yo creo que cuando haya 10 empresas que hayan firmado, la tendencia se generalizará", dice Samir Kollech, responsable del área sindical. "El empresariado no se atreve todavía a firmar estos acuerdos. Pactan con el trabajador, sí, pero plasmarlo en un documento... Aún no hay esa madurez".