Han pasado más de 500 años desde que las enfermedades infecciosas de Europa causaron estragos entre la población aborigen americana, diezmando las tribus indias con tanta o más ferocidad que los fusiles y las espadas, de modo que resulta cuando menos extraño escuchar que cinco siglos más tarde los integrantes de una tribu del hemisferio sur han fallecido víctimas de una gripe de importación europea.

Sucedió en enero pasado en el Amazonas peruano, y si solo se viene a saber ahora es porque las propias organizaciones comprometidas con la investigación han tardado unas semanas en enterarse, y un poco más en señalar al culpable: un reality show británico. Es decir: uno de los productos más ordinarios de la civilización occidental.

En nombre tal vez del derecho a meter las narices en todas partes, los miembros de la productora británica Cicada Films se internaron a principios de año en una zona prohibida del Parque Natural del Manu, en el este del país, uno de los muchos sectores de la Amazonia que el Estado protege precisamente para salvaguardar a las tribus ancestrales. "Tenían permiso para entrar al parque pero no para ir a esta zona en particular, a la que no puede ingresar ni siquiera el personal de guardabosques --explica Víctor Kameno, vicepresidente de la oenegé defensora de los derechos de los indios Fenamad--. Los matschiguengas que habitan allí han tenido un contacto mínimo con la civilización occidental, y, por supuesto, algunos de los motivos de que sigan aislados son sanitarios".

A YOMYBATO Los miembros de Cicada Films buscaban un lugar para rodar un nuevo capítulo de la serie Tribus perdidas del mundo, y según el antropólogo británico Glenn Shepard, estudioso de la población local, decidieron entrar en la zona prohibida y subir hasta la cabecera de los ríos porque los nativos con los que se habían topado hasta entonces estaban demasiado "occidentalizados". Días más tarde empezaron a llegar matschiguengas al puesto de salud de la aldea más cercana, Yomybato, con síntomas evidentes de gripe. Según los datos de Fenamad, al menos 30 personas resultaron infectadas. Los muertos son tres menores y un adulto.

Los responsables de Cicada niegan las acusaciones y dicen que ni siquiera estuvieron allí. Pero Fenamad tiene las pruebas,