Dos francotiradores apostados en la azotea del hospital Perpetuo Socorro de Cartagena, en Murcia, esperaron a tener a Pedro a tiro para neutralizarle. Desde la medianoche, el hombre, armado con una Beretta se había atrincherado en un piso en el que no cesaban los disparos. Asediado, el hombre llegó a disparar en dirección a la calle cuando se percató de la llegada de la policía. Hasta 60 impactos de bala se contabilizaron en los alrededores de la vivienda. Dos disparos en el estómago le neutralizaron.

Los dos francotiradores pertenenecen a los GOES de Valencia, el Grupo de Operaciones Especiales del CNP integrado por doce policías de élite con formación para situaciones extremas. Sus entrenamientos consisten en la recreación de situaciones de alto riesgo con personas armadas o rehenes de por medio. Ayer en Cartagena, los GOES ejecutaron a rajatabla el protocolo de la entrada en un piso con un individuo armado que no cesa de disparar y su posterior neutralización.

A medianoche un hombre asustado apareció en una comisaría para relatar que había visto como acribillaban a un hombre en un piso de la calle de Sebastián Feringán. Inmediatamente se movilizaron los GOES, en alerta las 24 horas de los 365 días del año.

Su objetivo era entrar e intentar reducir al individuo. De lo contrario, deberían abatirlo. Entraron en la vivienda. En una primera habitación encontraron un cadáver. Era un hombre al que le habían volado la capa de los sesos y al que después habían colocado una bolsa en la cabeza. En la siguiente habitación había un segundo cadáver, cuya rigidez hacía intuir que llevaba varias horas muerto. Los GOES encontraron a dos hombres desarmados y agazapados, que fueron detenidos. El avance de los policías fue recibido a tiros por el individuo, que fue retrocediendo metros hasta colocarse junto a una de las ventanas del salón de la casa.

Cuando los dos francotiradores lo tuvieron a tiro dispararon al unísono. Una ambulancia lo trasladó a un hospital. Llevaba encima dos cajas completas de munición nueve milímetros. Los investigadores aseguran que se trató de un ajuste de cuentas por cuestiones de droga.