El hallazgo del cadáver de Gabriel Cruz, el niño de Almería cuya desaparición ha mantenido en vilo doce días a España, ha enconado el debate político en torno a la prisión permanente revisable, a tres días de que en el Congreso se debatan dos enmiendas de PP y Ciudadanos que propugnan endurecer la polémica condena, considerada por sus detractores como una especie de cadena perpetua encubierta. En la misma capilla ardiente, el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, pidó ayer a los partidos políticos que han respaldado la derogación de la prisión permanente revisable que «reflexionen» ante el debate que el jueves acogerá el Congreso sobre este asunto, para que se mantenga esta figura prevista en el Código Penal y que «caiga con toda la fuerza con la que tiene que caer sobre personas como la asesina de Gabriel Cruz».

El trágico desenlace del caso Gabriel ha incrementado la presión sobre el PSOE, que presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional contra la prisión permanente, para que se abstenga y de esta forma salgan adelante las enmiendas de la derecha. Así se lo pidió la semana pasada el padre de Diana Quer, que junto a otros familiares de víctimas de sucesos violentos ha iniciado una ronda de contactos con los partidos para que no retoquen el Código Penal.

Sin embargo, sus demandas han caído en saco roto. La vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, se encargó ayer de trasladar el «más sentido pésame» de toda la familia socialista a los allegados de Gabriel, pero también confirmó que su grupo votará en contra de las enmiendas de PP y Cs, informa Juan Ruiz Sierra. Podemos, cuyos dirigentes se reunieron con los padres de Diana Quer, también reafirmaron su rechazo a la condena. La portavoz morada, Irene Montoro, ha argumentado que tras un crimen de esta naturaleza toca «ser capaz de trasformar el dolor en soluciones eficaces y la prisión permanente revisable no lo es».