Una nueva era dorada de la filantropía se afianza en EEUU con la donación de la mayor parte de su inmensa fortuna de 44.000 millones de dólares (34.924 millones de euros) para estos fines, recién anunciada por el segundo hombre más rico del mundo, el financiero Warren Buffett. "Nunca se ha visto a nadie donar tanto dinero", comentó ayer Claire Costello, asesora de donaciones caritativas, tras hacerse público el regalo filantrópico de 37.100 millones de dólares (29.454 millones de euros) prometido por Buffett, a plazos, que en su mayoría irá a parar a la Fundación Bill y Melinda Gates.

"Estamos asombrados por la decisión de nuestro amigo Warren de emplear su fortuna para hacer frente a las mayores desigualdades del mundo", dijo Gates, fundador y presidente de Microsoft, al saber que 30.700 millones de dólares irán a parar a su fundación, que duplicará con creces su actual volumen. Gates, el hombre más rico del mundo con una fortuna de 50.000 millones de dólares, anunció la semana pasada que se dedicará a dirigir su imperio filantrópico, dedicado a partes iguales a combatir enfermedades letales, como la malaria y la tuberculosis, y a fomentar la educación.

Como su amigo Gates, a quien asesora desde hace años, Buffett podía haber establecido su propia fundación. Sin embargo, el legendario financiero, apodado "el oráculo de Omaha", ha preferido poner su fortuna en manos de alguien "comprometido con causas importantes carentes de fondos, que puede lograr avances sustanciales", como explicó en una carta a Bill y Melinda Gates. Buffett entrará como consejero en la Fundación Gates, pero seguirá dirigiendo su empresa, Berkshire Hathaway, Inc.

GUSTOS MODESTOS Buffett es un hombre de gustos modestos, que sigue viviendo en la misma casa desde 1957, toca el ukelele y come hamburguesas. Su fortuna procede de su tino para invertir en compañías rentables, lo que ha proporcionado un 20% de crecimiento anual a las acciones de su empresa en 20 años.

Parte de la donación anunciada el domingo, 3.100 millones de dólares, irá a la fundación que lleva el nombre de su difunta esposa, Susan Thompson Buffett, mientras que las regentadas por los tres hijos de la pareja recibirán 1.100 millones de dólares cada una. A su muerte, sus herederos recibirán "un poco de dinero", pero la mayor parte se repartirá para fines benéficos.