Ser escuchados. Porque son los que mejor conocen sus necesidades. Y porque su papel es fundamental para solucionar el principal problema que sufre la sociedad aragonesa: el desempleo. Los agentes sociales y económicos, expectantes ante el nuevo equipo que gestionará la comunidad, piden recuperar un diálogo algo olvidado y escaso durante los últimos cuatro años por el anterior Ejecutivo autonómico.

Los sindicatos resaltan la urgencia de dejar a un lado la austeridad y los recortes y priorizar en la atención a las personas, con una mayor sensibilidad hacia el mundo del trabajo y un gran pacto por el empleo donde el diálogo social sea el elemento básico. El secretario general de UGT Aragón, Daniel Alastuey, propone afrontar los problemas de emergencia social, "pero tan importante como solucionarlos es atajar la raíz que los ha causado", matiza. Por eso, critica que en el proceso de negociación del pacto de investidura algunos temas relacionados con esta materia hayan estado ausentes. Su sindicato ha elaborado un programa de gobierno que contempla cambios en la política presupuestaria y fiscal; una apuesta decidida por la industria como protagonista de un nuevo modelo productivo; y una prestación básica para dar cobertura a los colectivos más débiles, los parados de mayor edad y de larga duración.

Desde CCOO, su líder, Julián Buey, pide que el nuevo gobierno "se ajuste a su programa electoral" y añade como un requisito vital "reactivar e intensificar el diálogo social, y más en un gobierno de izquierdas". En su opinión, también es imprescindible buscar soluciones a las "situaciones sociales tremendas" que viven algunos ciudadanos con baja protección social y "dar un empujón al tejido empresarial".

UN CAMBIO DE 180 GRADOS

De manera aún más gráfica se expresa Raúl Sanz, secretario general del sindicato aragonesista OSTA. "Necesitamos un cambio de políticas de 180 grados. Tenemos la esperanza de que el nuevo gobierno empiece a consolidar un Aragón mejor en solidaridad, bienestar y justicia social, porque los últimos cuatro años de recortes han sido muy duros", considera. Sanz también reclama "un plan claro de creación de empleo, estable y de calidad" y la reapertura del Canfranc "para dar más potencia a la industria aragonesa a nivel internacional".

Desde el lado empresarial, el líder de la patronal aragonesa, Fernando Callizo, reconoce que los cambios no le provocan miedo, "pero sí preocupación" y pide que la interlocución con el gobierno "no se radicalice hacia la izquierda por presiones del grupo que le pueda apoyar", sino que "siga siendo buena y fluida". Del mismo modo, exige que las empresas estén "en el centro de las políticas económicas porque son "claves para la creación de empleo y para salir definitivamente de la crisis".

PAPEL PROTAGONISTA

En esta línea, el presidente de Cepyme Aragón, Aurelio López de Hita, es muy claro: "Hay que retomar y reforzar el diálogo social. Es imprescindible que a los agentes económicos y sociales se nos dé la importancia que tenemos, y que está reconocida en la Constitución". En su opinión, este "ha dado magníficos resultados" en la comunidad. Además, reclama que "no se puede ignorar" el "importantísimo papel" que las pequeñas y medianas empresas tienen en el desarrollo económico.

Desde Huesca y Teruel, sus líderes empresariales destacan la importancia de ser conscientes de que "el desarrollo económico, sin progreso social, no se soporta a medio plazo, pero al revés es sencillamente imposible". Carlos Bistuer (CEOS Huesca) confía en que el nuevo equipo del Pignatelli "va a actuar con sensatez y responsabilidad" para culminar la salida de la crisis pero insiste en pedir "que lo que se haga sea siempre cubriendo la seguridad jurídica". Mientras, Carlos Torre (CEOE Teruel) pide "que se considere a teruel como un tercio de Aragón, no como a una provincia de 140.000 habitantes" y tiene la mano al futuro presidente del Ejecutivo autonómico: "Espero tener un aliado para dar solución a los problemas singulares de los empresarios turolenses".

HARTOS DE PALABRAS

Del mismo modo, los autónomos reivindican su protagonismo. Mayte Mazuelas, presidenta de ATA Aragón, demanda "que se escuche y no se discrimine" a los trabajadores por cuenta propia. "Tenemos que dar un voto de confianza al nuevo gobierno porque las urnas así lo han querido, pero la confianza se gana con hechos; de palabras ya estamos hartos de todos los partidos políticos", afirma.

El secretario general de UPTA Aragón, Álvaro Bajén, concreta en tres las peticiones para el colectivo al que representa: "elaborar un plan integral de promoción y defensa del trabajo autónomo, emprender la búsqueda incesante de financiación alternativa y realizar un estudio detallado y urgente de los autónomos que están en una situación de indigencia y se les dé una segunda oportunidad".

También los profesionales del sector agrario están pendientes estos días del futuro gobierno aragonés. José Manuel Penella, secretario general de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA), ve necesaria una ley agraria "que defina qué modelo productivo quiere y cómo potenciar la actividad, y que dé prioridad a los profesionales y al empleo", así como una ley de representatividad agraria. "No se puede hacer solo una política que se limite a gestionar subvenciones europeas", añade.

Por su parte, el portavoz de Asaja Aragón, Fernando Luna, cree que el futuro consejero de Agricultura "debe conocer y haber vivido este sector" y pide "realidad y diálogo". "Es preferible agricultores hechos políticos que políticos hechos agricultores". En cuanto a las consejerías de Agricultura y Medio Ambiente, Luna considera que "lo importante es que la gestión sea buena, que estén unidas o no da igual", mientras que para Penella, es "básico que las medidas de ambos departamentos sean coherentes y compatibles, sin que las del segundo bloqueen el desarrollo sostenible de la agricultura".