El mitin que ofreció anoche José María Aznar en Toledo fue algo más que un acto propio de campaña. Fue lo que él debe considerar una clase magistral sobre cómo llevar un partido como el que él mismo presidió durante años, el PP, en un momento en que parte de sus votantes parecen estar dándole la espalda. "Cuando sabemos y notamos que hay gente que se ha distanciado de nosotros por las razones que sean tenemos que saber escucharles, entenderles, buscarles y saber otra vez invitarles al proyecto", avisó.

El mensaje resultó doblemente significativo. En primer lugar, porque cuestiona el trabajo que está haciendo la actual dirección popular para ganar las elecciones. Y en segundo término, porque lo lanzó ni más ni menos que ante la secretaria general de los conservadores, Dolores de Cospedal, con quien no ha tenido una relación cercana en los últimos años.

Pese a ello, ayer aceptó acompañarla en un mitin en Toledo, donde quiso recordar que la historia de su partido se basa en "sumar". Cospedal se limitó a dar las gracias a Aznar por su "trabajo" de antes, cuando fue presidente del Gobierno, y el que realiza "ahora".