El Ministerio de Justicia espera tener perfilado en diciembre el plan de reordenación de la planta de Notarías del Estado, que en Aragón --concretamente en Zaragoza-- conllevará sin duda la eliminación de varias de ellas. Ni desde Madrid ni desde la capital aragonesa se atreven a estimar una cifra, pero los rumores hablan de que hasta ocho de los despachos actuales podrían desaparecer. "Lo que no podemos confirmar es si serán plazas vacantes o actualmente ocupadas", apuntan desde el ministerio.

La supresión no ha causado polémica en el gremio, porque es iniciativa suya. En una reunión mantenida el pasado mes de febrero, el Consejo General del Notariado pidió al ministro Alberto Ruiz-Gallardón una reordenación del sector que eliminase parte de las plazas que actualmente sobran. En el encuentro llegaron a afirmar que "el 70% de las notarías tienen problemas para llegar a fin de mes".

El motivo es obvio: Con el desplome de la actividad económica, los registros intervienen en muchas menos transacciones, y ya no hay suficiente trabajo para mantenerlas a todas. Desde el ministerio quitan importancia a esta reordenación, ya que "es un proceso que, a instancias del notariado, se realiza cada cinco años, aproximadamente". Sin embargo, sí reconocen que "rara vez conlleva la reducción de plazas, como va a ser el caso".

'BOOM' INMOBILIARIO Fuentes del sector apuntaron que el proceso no será excesivamente traumático en Aragón, ya que en la pasada década "no se dio un boom económico e inmobiliario comparable al de otras comunidades como Cataluña, o Valencia". En estas, particularmente, la poda de notarías sí promete ser considerable.

El decano del Colegio Oficial de Notarios de Aragón, Eloy Jiménez, también confía en un recorte de mínimos para la planta aragonesa. "Aquí la gente está tranquila, porque Aragón es un Colegio especial en cuanto a sus características territoriales". Al igual que ha sucedido con el proyecto de reordenación de los partidos judiciales, la dispersión demográfica en el territorio es un factor determinante. La legislación obliga a contar con un registro más o menos cercano, y esto impediría eliminar la mayoría del centenar de notarías repartidas por la comunidad.

La capital será otro cantar, aunque a Jiménez no le preocupa en exceso la reordenación. "La reducción será más bien en Zaragoza, que ha crecido mucho en los últimos años. Actualmente estamos 36 notarios, el doble que cuando yo empecé, hace 30 años", calcula. Con el descenso de la actividad, la reforma intenta buscar "que las que queden sean viables", explica el decano.

ALTERNATIVAS Jiménez se aleja del alarmismo respecto a los ingresos de los notarios, pero tampoco oculta que la situación dista de ser normal. "Por el momento firmamos poco y ganamos poco, pero el miedo que tenemos es llegar a perder dinero. A nivel particular, yo ni me planteo el cierre, pero no puedo hablar por todos mis compañeros", asegura el decano. "La notaría es una puerta abierta a la sociedad y un reflejo de ella, y la situación está como está", subraya.

Ante esta coyuntura, el ministro de Justicia ya ha anunciado en reiteradas ocasiones su intención de atribuir más competencias al notariado, como la posibilidad de oficiar matrimonios civiles o participar como fedatarios en procesos de mediación que eviten que determinados procesos lleguen a un sistema judicial saturado. Pero estas medidas no han sido del todo bien acogidas ante el halo de privatización que arrastran.