Cinco años después de la Expo, los cuatro grandes iconos arquitectónicos no solo siguen en desuso sino que, además, todos ellos han cambiado de planes, los han retrasado o se han abandonado. El Pabellón de España ha decidido aparcar el proyecto estrella del Instituto de Investigación sobre el Cambio Climático (I2C2). Ibercaja cederá el Pabellón Puente al Ayuntamiento de Zaragoza para que lo use en los próximos seis meses como sala de exposiciones y como una de las sedes para el Congreso Iberoaméricano de la Cultura que acogerá en otoño. El museo de la ciencia que se iba a crear en la Torre del Agua ya es pasado después de que la CAI haya decidido abandonar y rescindir el contrato para gestionar el edificio los próximos 20 años. Y el Pabellón de Aragón, ni siquiera se sabe para que servirá. Esa es la foto fija actual de cuatro edificios emblemáticos que costaron 185 millones de euros.

El último varapalo que va a recibir el recinto de Ranillas llegará en las próximas semanas de la mano del pabellón de España. Después de llevar cinco años trabajando en abrir un centro de referencia internacional de investigación sobre el cambio climático --que el Gobierno central había prometido abrir en el 2009--, este proyecto quedará reducido a una simple oficina desde la que pueda seguir avanzando en su diseño el grupo de trabajo creado para tal objetivo.

DOS MILLONES

En el 2012 hubo una partida en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de dos millones para hacerlo que no se gastaron, y este había más de tres consignados de los que apenas se gastarán dos. Es lo que cuesta ejecutar el proyecto de rehabilitación que ya ha elaborado el arquitecto Pachi Mangado, autor del edificio cuya construcción costó 16,5 millones de euros. Solo se necesitarán tres meses de obras y el Ministerio de Hacienda decidirá en "las próximas semanas" si se inician este verano o se dejan para el 2014.

El diseño va dirigido a "usos docentes y administrativos". El Gobierno central ha decidido reutilizar sus más de 9.000 metros cuadrados de superficie para alojar en su interior "varias delegaciones" pertenecientes a diferentes ministerios que ahora están repartidas por la ciudad para ahorrarse el alquiler que ahora pagan. Algunas de ellas correspondientes a servicios que presta la Delegación del Gobierno en Aragón. También se ocupará una parte para aulas en las que se desarrollarán actividades educativas sobre las que nadie ha concretado si serán universitarias o formativas. Solo "usos docentes", dicen los responsables de esta reutilización.

FUTURO INCIERTO

La decisión se suma a la adoptada hace unas semanas por la CAI sobre la Torre del Agua, por la que ya ha llegado a un acuerdo económico para indemnizar a la propiedad, Expo Zaragoza Empresarial, para abandonar su reutilización como museo de la ciencia. Mañana se aprobará en el consejo de administración de la sociedad gestora del recinto de Ranillas, para que la entidad abone unos 440.000 euros y, con ese dinero plantearse qué hacer. Lo más probable es que acabe saliendo a concurso la explotación de la planta mirador, se pague la reinstalación en su interior de la escultura Splash y se piense ya en un futuro realizable. La única propuesta en firme es la de Esciencia, presentada hace más de un año, que ofrecía rentabilizar este icono con una inversión de poco más de un millón de euros.

También mañana, se prevé aprobar la cesión por parte de Ibercaja del Pabellón Puente por un periodo aproximado de seis meses al ayuntamiento de la ciudad. El museo de referencia internacional dedicado a las nuevas tecnologías deberá esperar, como mínimo al 2014 porque, según afirmaron fuentes oficiales de la entidad aragonesa, "los escasos recursos de la Obra Social se van a dedicar a proyectos de empleo y formación", y no a un proyecto que está "ralentizado" y que "ahora no es prioritario" y cuyo coste para ponerlo en funcionamiento asciende a 1,5 millones.

HASTA EL 2014

Su uso ahora quedará en manos del consistorio, hasta el próximo mes de diciembre y a coste cero para las arcas municipales. Puestos a esperar, mejor abrirlo para la gente. Dos citas ya tiene asignadas el puente de Zaha Hadid para este año: una exposición temporal que ya se está preparando para estrenarla en septiembre y el Congreso Iberoamericano de la Cultura que se celebra en noviembre, como una de las tres sedes en Zaragoza que lo albergará, junto al Centro de Arte y Tecnología y el palacio de Congresos de la Expo.

Al menos se abrirá al público, algo que por ahora no puede garantizar nadie para el pabellón de Aragón. La enorme cesta de frutas ideada por los arquitectos Olano y Mendo aún no tiene destino claro. Se construyó pensando en su reutilización como sede de la Consejería de Educación de la DGA, que ahora se instalará en las oficinas del parque empresarial Dinamiza. Luego se pensó como referente de la de Justicia, por empeño personal del entonces consejero Rogelio Silva. Pero también decayó. Y la última idea partía de reconvertirlo en una gran biblioteca con fondos bibliográficos de referencia, un modelo inexistente en Aragón. Ahora solo se plantea sacarlo a licitación sin saber muy bien para qué. Ni garantizar si su uso será 100% público.