Obras de arte. Es lo único que los pabellones pudieron extraer ayer fuera del recinto de Ranillas. Los compromisos de los países con algunos museos obligaron a la organización a conceder autorizaciones para este tipo de materiales. Entre los participantes con estos permisos especiales figura la Santa Sede, Bélgica, Castilla León, Castilla La Mancha, Suecia y Portugal.

Hasta hoy nada más puede salir de Ranillas. Antes, todos los participantes tendrán que contar con los pertinentes permisos, el más importante, haber saldado sus cuentas con Expoagua. Según se informó ayer, solo 31 tienen todos los papeles en regla a día de hoy. Al resto, hasta llegar a los 105 les queda pendiente alguno de los requisitos exigidos por la organización de la muestra. "Esperamos que el jueves ya se haya solucionado todo el papeleo", explicó José Luis Vicente, jefe del Departamento de Logística.

En cuanto al arte, el caso más significativo es el pabellón de la Santa Sede, con 39 piezas. En la tarde de ayer, un equipo especializado se llevó las obras pertenecientes a las diócesis de Aragón, sobre todo utensilios como vinagreras, relacionados con los oficios religiosos. A lo largo del día de hoy se trasladará el cuadro de El Greco, sin duda la pieza más destacada de este espacio, y que regresará a Toledo. Para el miércoles se dejan las 13 obras propiedad de los Museos Vaticanos. Un grupo de cinco personas procedentes de Roma se desplazará hasta Zaragoza para realizar todas las tareas de protección y también de vigilancia. Todo ello requerirá tres días de trabajo. El viernes partirán hacia Italia y está previsto que el lunes lleguen al país de origen.

"Para traer las obras hasta Zaragoza se construyeron unas cajas especiales, que serán utilizadas de nuevo para el regreso. Agradecemos a la Expo que haya tenido esta deferencia con los países que hemos traído arte a la muestra", explicó ayer por la mañana José María Gorgojo, director del pabellón de la Santa Sede.

Otro de los pabellones con obras de arte en el interior es Bélgica. "Son sobre todo murales y esculturas contemporáneas. El mismo autor se llevó ya dos ayer --por el domingo--. El resto las protegeremos convenientemente y nos las trasladaremos cuanto antes", relató Etienne Dubuc, responsable de este edificio. Lo mismo sucede con el de Portugal. Aunque en este, todavía no se ha iniciado ni siquiera el embalaje, que se hará a lo largo de hoy.

Por lo demás, la actividad fue frenética durante todo el día de ayer. Los operaciones de Expoagua comenzaron a quitar algunos de los elementos de mobiliario urbano del interior del recinto, como por ejemplo las farolas. También se levantó el suelo y se quitaron las baldosas del piso superior del edificio de las comunidades autónomas. Asimismo, se empezó a desmontar el toldo que durante estos tres meses ha cubierto la avenida 2008. Para facilitar la entrada y salida de los camiones y grúas que ya por la mañana se movían por Ranillas, se habilitó una puerta, justo al lado del pabellón de Aragón. En este punto se han colocado vallas, pues será por aquí por donde accederá el público que visite el acuario fluvial.

En la mayoría de los pabellones también se iniciaron las tareas de recogida de todos los materiales. Especialmente llamativo era el caso de Malasia, que ayer por la mañana tenía un gran número de elementos decorativos del interior del edificio frente a la fachada. También había trabajo en el interior de Marruecos, del que parte del contenido podría quedarse en Zaragoza. Según adelantó el alcalde de la ciudad, Juan Alberto Belloch, ya han comenzado las conversaciones con los responsables del edificio por parte del ayuntamiento, y la intención es que alguna entidad se haga cargo del mantenimiento para que no resulte costoso para las arcas municipales. Falta por determinar el lugar al que irían los elementos de pabellón.

También hubo actividad en las plazas temáticas. Desde las ocho de la mañana diez personas desmontaron la exposición de Oikos, que será trasladada a Barcelona. En el plazo de quince días podría estar terminado. En el resto, no se dieron tanta prisa y la mayoría estaban cerradas. A estas alturas, todavía no se sabe cuál será el destino de estos pabellones temáticos, que deben ser desmontados antes de que acabe este año. En El Faro, varios operarios se afanaban retirando diversos objetos del que ha sido uno de los espacios más visitados de la muestra.

En las puertas habituales de entrada para los visitantes, se podía ver ayer una imagen insólita, varios trabajadores desmontaron los tornos y se los llevaron. Fueron sustituidos por simples vallas, que impidieron el paso de la gente. Vigilantes de seguridad se encargaron de que nadie accediese al meandro, que desde ayer está más blindado que nunca.

El Área de Asistencia Interna (ASI), por contra, vivía horas de relativa calma. Algunos trabajadores aprovechaban para tomarse un descanso. También el personal de seguridad continuó con la vigilancia en esta zona, que será de las últimas en ser desmanteladas, pues parte de las oficinas seguirán funcionando durante los próximos meses.

De todas formas, las tareas realizadas en las jornada de ayer fueron menores. Será a partir de hoy cuando los diferentes pabellones empezarán a empaquetar. También iniciarán el proceso de certificación 80 equipos de dos personas, que deberán sellar todos los bultos de los participantes. Todo este proceso se alargará hasta después de las fiestas del Pilar.

Los elementos que los participantes no quieran llevarse y tengan interés se venderán en un mercadillo que se celebrará los días 19, 20 y 21 de este mes en el parque del Agua. Expoagua se ha puesto en contacto con los responsables de los diferentes pabellones para saber qué materiales dejarán en la muestra. Algunas, además, podrían englosar el futuro museo que sobre la muestra tendrá Zaragoza en el interior de la Milla Digital.

Una vez vaciados todos los edificios se procederá el derribo de las estructuras para su posterior adaptación y conversión en el parque empresarial. Durarán hasta finales de año. Unas 20 empresas especializadas en demoliciones se harán cargo de estos trabajos y del traslado de las 40.000 toneladas de residuos.