Las autoridades griegas comenzaron ayer al amanecer una operación para desalojar a los alrededor de 8.500 refugiados (según cifras del Gobierno relativas al lunes) que aguardaban en el campamento improvisado de Idomeni, fronterizo con Macedonia. Al cierre de esta edición no había trascendido información sobre enfrentamientos en el campo.

"Hasta las 19.07 horas una hora menos en España se ha desalojado a 2.024 personas de origen sirio, kurdo y yazidí en 42 autobuses", indicaba ayer a este diario Athanasios Koutsis, de la portavocía griega para la crisis migratoria. "Se les trasladará desde Idomeni a otros centros de hospitalidad en torno a Salónica, que ya tienen listas entre 6.000 y 7.000 plazas", añadió.

Koutsis informó de que el proceso de desalojo durará entre 10 y 15 días e insistió en que no está siendo una operación por la fuerza: "La policía no atacará. Esto no va de apalear a los refugiados. Se trata de moverlos de un campamento no oficial en referencia a Idomeni a centros de alojamiento oficiales, gestionados por las autoridades, que tienen comida, agua y atención sanitaria, y en los que se puede empezar a procesar su solicitud de asilo en cuanto lleguen".

"La operación se está desarrollando de manera tranquila y pacífica, sin protestas de ningún tipo. Los refugiados ya habían sido informados en los días previos", apuntó Koutsis. Al menos 400 antidisturbios fueron desplegados en la zona.

Fuentes policiales que solicitaron el anonimato respaldaron esa versión: "No ha habido enfrentamientos entre los agentes y los refugiados, ni escalada de tensión".

Por su parte, la portavoz en Grecia de la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), Stella Nanou, señaló que la acción se conocía "desde hace semanas". "No es nada que nos haya pillado por sorpresa. He hablado con una familia afgana y otra siria que estaban a la espera de ser evacuadas, y ellas querían irse", comentó a este diario desde Idomeni.

TIENDAS ARRASADAS "El desalojo se está llevando a cabo de manera gradual. Esto no acabará hoy, por supuesto --detalló la portavoz de ACNUR--. Los buses les trasladan a campamentos en el norte de Grecia. No a todos, pero sí a la mayoría".

Varias excavadoras llegaron a las zonas de acampada para arrasar las tiendas plantadas por los refugiados, una vez evacuados estos. Las fuentes consultadas por este diario consideran que, de producirse algún enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad griegas y los refugiados, será en los últimos días de la operación, cuando toque evacuar a los que se opongan al traslado. Entre algunos refugiados existe la convicción de que si se les traslada a campamentos controlados por el Gobierno, sus problemas serán menos visibles y pronto se olvidará su situación.

La prensa desplazada al lugar no fue autorizada a entrar en el campamento para cubrir el desalojo, un hecho que el Gobierno justificó como "procedimiento estándar durante cualquier operación policial en todo el mundo". Sin embargo, la prensa estatal griega sí estaba dentro del perímetro de seguridad. Algunas oenegés, como Médicos Sin Fronteras (MSF), contaban con acceso restringido al campamento.

"Hay que ver cómo se puede proveer servicios a quienes permanezcan en el campamento", ya que todos los refugiados no serán evacuados en un solo día, decía ayer Vicky Markolefa, portavoz de MSF en Grecia. "La evacuación continúa de manera tranquila. No hemos tenido ningún paciente que haya venido a nuestras consultas por motivos relacionados con el desalojo", confirmó la cooperante, quien apostilló: "La solución no es un campamento nuevo. Los refugiados necesitan una vida nueva". Asimismo, Markolefa lamentó que algunos de los nuevos alojamientos para los solicitantes de asilo no estén terminados y dijo desconocer qué asistencia médica se prestará en los nuevos centros.

SEGUIMIENTO Fuentes policiales citadas ayer por el diario griego Ekathimerini especificaron que solo 10 oenegés (entre ellas ACNUR y MSF) podrían mantener cinco trabajadores en Idomeni para hacer un seguimiento de la evacuación. Idomeni albergaba a unos 8.500 refugiados, procedentes en su mayoría de Siria, Irak y Afganistán, y llegó a rondar los 12.000 en marzo y abril. Este punto fronterizo con Macedonia ha sido la salida de Grecia usada por cientos de miles de personas en su ruta hacia el norte de Europa, atravesando los Balcanes. El cruce permanece cerrado de manera efectiva desde el 8 de marzo.