Olimpo. Así se llama la calle donde se encuentra la sede federal de Izquierda Unida (IU). Y precisamente entre dioses griegos debieron de sentirse ayer los dirigentes de la coalición después de comprobar que, por fin, conseguían abandonar el ostracismo. Tras 15 años de una caída en picado que culminó la pasada legislatura con la pérdida del grupo parlamentario, IU ha recibido el 7% de los votos, lo que se traduce en un éxito vistoso: quintuplica el número de diputados. De dos exiguos escaños, uno de ellos de ICV, IU pasa a tener 11 parlamentarios (uno de ellos de la coalición con CHA en Aragón), el mejor resultado de la formación desde el año 1996, con Julio Anguita al frente de la coalición.

Al grito de "aquí está la izquierda de verdad" recibieron a Cayo Lara los pocos militantes que se acercaron a la sede de IU. Lara, exalcalde de un pueblo manchego, ha logrado apaciguar las aguas en Izquierda Unida, navegando sobre un mar en crisis que ha llevado al PSOE al peor resultado de su historia. Lara pidió en campaña el apoyo de los socialistas desencantados "a pecho descubierto" y los resultados muestran que le ha salido bien la jugada. Buena parte del descalabro del PSOE ha ido a parar, como vaticinaban todas las encuestas, a las filas de la izquierda.

EL VOTO ÚTIL Por primera vez, la apelación al voto útil del PSOE no ha tenido éxito. IU contrarrestó en campaña con la tesis de que ellos eran la única formación capaz de restar en una decena de provincias los últimos escaños al Partido Popular, según los sondeos. Hace tres años en cambio, el "tsunami bipartidista", en palabras de Gaspar Llamazares, condenó a la travesía del desierto a la tercera fuerza política, que comprobó como nunca que los designios de la ley electoral equiparaba su voz en el Congreso al de las fuerzas minoritarias.

Lara también pidió el apoyo de los indignados, con el argumento de que la abstención o el voto blanco o nulo no va a regenerar la democracia. A los defraudados con la clase política les aseguró ayer que los diputados de IU "no se van a institucionalizar" y van a llevar "la voz de la calle" al Parlamento para acabar con el "neoliberalismo depredador". "No os vamos a defraudar ni mentir", aseguró a los nuevos votantes. "Queremos ayudaros a conquistar los sueños perdidos", añadió.

El líder de Izquierda Unida recordó que la ley electoral sigue castigándoles. Con dos folios en la mano, uno con el número 11 y otro con el 25 (el número de escaños que tendrían "si todos los votos valiesen lo mismo"), el cabeza de lista lamentó de que el sistema electoral les "roba" 14 escaños. Por último, Lara hizo un llamamiento a aglutinar la "izquierda alternativa".

Esta vez, además de concurrir con ICV, han logrado sumar también a varias formaciones afines, como es el caso de Chunta o partidos verdes (excepto Equo que lo rechazó), y el objetivo es continuar cosechando apoyos de forma que la meta de la coalición a medio y largo plazo, reveló Lara entusiasmado, es alcanzar una conquista inédita: el palacio de la Moncloa. Falta por ver si el vuelco electoral se consolida en el futuro.