La oposición hizo de la defensa del estado del bienestar su principal argumento en la segunda sesión del debate del estado de la comunidad. PSOE, CHA e IU coincidieron en algo: el Ejecutivo de Luisa Fernanda Rudi, y por extensión el de Mariano Rajoy, están desmontando servicios básicos como la educación, la sanidad o la dependencia. Fue una jornada de confrontación ideológica en la que se contrapusieron dos modelos de gobierno.

La otra línea argumental de la izquierda fue el desempleo, cuyas cifras siguen sin mejorar en la comunidad. El Partido Aragonés se sumó en su petición de un mayor giro al aragonesismo, una mayor desobediencia a los dictados que provienen del Gobierno central. El PAR continuó con su estrategia de distanciamiento de una coalición de gobierno de la que forma parte y que le lleva a discrepar y luego votar de forma conjunta con sus socios populares. Hoy se constatará de nuevo en el debate de aprobación de las propuestas de resolución.

LOS DATOS DE RUDI La presidenta intentó rebatir los reproches de la oposición apoyándose en cifras. Negó recortes drásticos en educación, aunque admitió que se ha prescindido de 454 profesores y defendió las ratios de los colegios aragoneses, aún por debajo de lo que marca la ley. También rechazó que se restrinja la atención sanitaria y aseguró que todos los ciudadanos tendrán acceso a ella. En dependencia asumió los problemas y aseguró que no cubrir toda la demanda es algo que le quita el sueño.

Fue en debate con contenido, en el que se abordaron buena parte de los asuntos que preocupan a la ciudadanía y también se reflexionó sobre el desapego que tienen los ciudadanos hacia la política. Los partidos no se escondieron y el tono de la confrontación política fue agria en ocasiones. Los portavoces estuvieron a tono. Se estrenó con nota el líder de los socialistas, Javier Lambán, que elevó el nivel de las críticas; bajó a la arena política y en el cara a cara con Rudi no quedó desmembrado, sino que logró un meritorio empate.

LA OPOSICIÓN DE IZQUIERDAS También Nieves Ibeas (CHA) y Adolfo Barrena (IU) estuvieron acertados, cada uno con su estilo propio. En ambos casos se constató el distanciamiento irreconciliable entre ambas formaciones y el Gobierno actual. Su presidenta, Luisa Fernanda Rudi, fue implacable en sus réplicas a la hora de desprestigiar el discurso de ambos dirigentes de la izquierda.

Lambán no ahorró ni un adjetivo para calificar la gestión de Luisa Fernanda Rudi. No fue un discurso reconciliador. Tildó el balance, tras una año de gobierno popular, de "decepcionante". "Todas las expectativas que usted puedo generar se han frustrado", espetó. "Se le ha acabado la gasolina antes de llegar a la primera curva". La acusó de desmontar el estado del bienestar y dudó de la estabilidad de la coalición con el PAR, para que el que también tuvo palabras duras.

El líder de los socialistas intentó desmenuzar todos los ataques que en su opinión están recibiendo los servicios públicos en la comunidad. Luego la presidencia contraatacó, con solvencia, con los datos en la mano y supo dar la vuelta a buena parte del argumentario del socialista. Había incógnitas sobre la evolución del cara a cara entre ambos dirigentes, que se estrenaban en un debate autonómico de alto nivel, y ambos demostraron que sus duelos dialécticos en la sede parlamentaria depararán confrontaciones intensas en la carga ideológica.

EL PERFIL ARAGONESISTA Nieves Ibeas, portavoz de CHA, dejó clara su propuesta "aragonesista y de izquierdas" y describió el Aragón que lo está pasando mal. Introdujo en el debate los aspectos olvidados en la primera sesión por la presidenta y en una intervención plagada de alusiones directas a la defensa de los problemas sociales que ahogan

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