Las gradas de La Romareda volvieron a presentar un ambiente como los de antaño. Aquellos en los que había que apresurarse para hacerse con una entrada ante la elevada demanda. Ayer no se colgó el cartel de no hay billetes, pero se estuvo muy cerca. Menos de 300 entradas se quedaron sin vender, algo que evidencia la importancia que cobró el derbi aragonés de cara al público debido a la excelente trayectoria que han protagonizado ambos equipos.

Un total de 28.992 creyentes se congregaron en el templo blanquiazul. Sedientos de argumentos para seguir alimentando su fe. Esta cifra se ha consolidado como la mejor entrada del Real Zaragoza en la presente temporada, y la segunda mejor durante estos cinco años en Segunda División. Únicamente el encuentro frente a Las Palmas en la promoción de ascenso cuenta con una mejor respuesta, ya que hubo un lleno absoluto.

Esta cifra de espectadores no es solo significativa para el conjunto aragonés. También ha marcado un precedente en el presente curso, ya que es la mejor entrada hasta la fecha de Segunda División. La Romareda superó ayer los 27.506 espectadores que se citaron en el histórico derbi asturiano en el Carlos Tartiere, entre el Oviedo y el Sporting.

La sensación que da al espectador es que La Romareda ayer rozó el lleno, pero había varios huecos por ocupar. A esto se le complementa la leve reducción de su capacidad debido a diversas reformas. El campo zaragozano ya no roza los 34.500 espectadores, tiene una capacidad algo menor.