La A-23 conecta el levante peninsular con Francia a través del túnel del Somport, pero es al llegar al país vecino donde se encuentra un cuello de botella por el estado de la carretera en ese país, la RN134. Precisamente, y después de estar tres meses cerrado al tráfico este eje carretero por unos desprendimientos, tras reabrirse el 1 de agosto con paso alterno mediante semáforos, no han cesado las interrupciones al tráfico para terminar de despejar la carretera de los bloques de roca que cayeron y consolidar la ladera. De este modo, se han producido cortes de veinte minutos en los últimos días y se espera que haya al menos otra media docena hasta septiembre. En la alta Jacetania han denunciado que estos problemas en el lado francés ha sido un lastre para sus intereses turísticos.