Los 97 bienes de que consta el tesoro del monasterio de Sijena poseen valor tanto en el plano económico, cifrado en tres millones por la Generalitat, como en el político y, sobre todo, en el sentimental. No en vano son los restos de un edificio religioso que, tras superar la Desamortización del XIX , fue pasto de las llamas en la guerra civil y se degradó en las épocas en que estuvo vacío.

De hecho, un número considerable de las obras reclamadas por Aragón, y que fueron ilegalmente vendidas por las religiosas, no están enteras. Se trata, casi siempre, de restos de cuadros y retablos, de hojas sueltas de documentos perdidos, de vestimenta religiosa incompleta y de fragmentos de pinturas y objetos de culto. En medio del centenar de piezas tampoco faltan enseres de uso cotidiano tales como cubiertos o palmatorias.

Sin embargo, en tan heterogéneo conjunto, que las autoridades catalanas adquirieron por solo 300.000 euros en los años 80 y 90 del pasado siglo, destacan por su valor las tumbas de las prioras, los alabastros de Gabriel Yoli, un famosos escultor renacentista, y la virgen del parlatorio (locutorio) del monasterio.

"Existe también una Virgen del Pilar más antigua incluso que la de la basílica de Zaragoza", explica Jorge Español, abogado de Villanueva de Sigena. El problema, añade, es que "nadie sabe dónde está".

También figuran en la relación de los bienes pendientes de devolución varios cantorales de distintas épocas y libros de historia y de temática religiosa, así como muebles policromados y murales.

Mención aparte merecen los retablos que, completos o en tablas sueltas, se conservan en su mayor parte en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), con sede en Barcelona, y en el Museo de Lérida. Se trata en total de 10 conjuntos que, en algunos casos, han ido a parar a colecciones particulares y a museos de otras ciudades y países

Español recuerda especialmente dos puertas románicas con los escudos de las prioras que recuerdan los lejanos orígenes del monasterio, cuya construcción se remonta al siglo XII, en la estela del avance cristiano hacia el sur de la península.

Villanueva de Sigena ha pleiteado desde hace años para conseguir el retorno de todas estas piezas y de las pinturas de la sala capitular. Fruto de la movilización del pueblo ha sido lo que Español califica de "rescate" de la reliquia de santa Waldesca y la cuna de un belén que se halla custodiada en la actualidad en la Jefatura Superior de Policía de Aragón, en Zaragoza.

De las 97 piezas que retiene Cataluña, un total de 44 se hallan en el Museo de Lérida, y el resto, en el de Barcelona. Al margen hay otros 40 objetos de arte sacro del monasterio que están también en poder del centro de exposiciones leridano y que no formarn parte de este proceso judicial. Incluyen el trono de doña Blanca, una silla prioral y diversos fragmentos de retablos, entre ellos uno muy valioso con escenas de la muerte de Cristo.

"MUCHO POR HACER" "Queda mucho por hacer todavía", reconoce el letrado de Villanueva de Sigena, que no es optimista respecto de la actitud del Ejecutivo catalán tras la última sentencia que le da de plazo hasta el próximo 25 de julio para devolver las piezas reclamadas.

En su opinión, pese a las buenas palabras de los actuales responsables de la Generalitat, no es descartable que la jueza del caso, Carmen Aznar, tenga que enviar a la fuerza pública a los dos museos catalanes para recuperar las piezas del litigio y llevarlas a las salas reconstruidas en el monasterio para acogerlas.