Fueron de los primeros en entrar y los últimos en salir. Lo hicieron después de haber liderado el grupo de héroes entre la catástrofe. Apenas eran tres, pero suficientes para hallar aliento en el drama y rescatar a cinco sepultados entre los escombros. Dos de ellos con vida.

Forman parte de la unidad canina del servicio de Bomberos de la Diputación Provincial de Zaragoza. Tres perros, con sus respectivos representantes del cuerpo, miembros de una unidad que apenas cuenta con ocho meses de vida y que ayer se empleó a fondo para mitigar los efectos del desastre. "Nos encontramos una gran columna de humo y el 90% de las instalaciones derruidas y no sabíamos cuántas personas había en el interior de las casetas. Sabíamos que la labor de extinción debía esperar porque no sabíamos cuándo iban a acabar las explosiones", explica Florencio Pascual, uno de los tres bomberos pertenecientes a la unidad.

El gerente de la fábrica fue quien les indicó, posteriormente, posibles zonas de búsqueda donde pudieran encontrarse víctimas. Los cascotes se agolpaban a sus pies y el acceso era difícil. Era la hora de los perros, cuya misión consistía en localizar cuerpos en las casetas de 40 metros cuadrados que se habían derrumbado.

Y la unidad no tardó en cumplir con su cometido y encontrar víctimas. Tres de ellas ya no respiraban y nada pudo hacerse por salvarles la vida, pero dos mantenían las constantes vitales. "Estaban aturdidos y en estado de shock. No sabían qué había pasado, ni dónde estaban ni cuántos estaban. La explosión había sido enorme", relata el sargento.

Una hora después

Las dos mujeres que se encontraban aún con vida en el momento del rescate fueron evacuadas a centros hospitalarios. Eran alrededor de las 15.15, y había pasado una hora después de que se recibiera el primer aviso de incendio y media desde que llegaran a la zona los primeros efectivos del cuerpo de bomberos de la DPZ.

Hubo más héroes. Bomberos del Ayuntamiento de Zaragoza, Policía Local de Zaragoza, Utebo y Pinseque, Protección Civil, DYA Zaragoza y 20 voluntariosy sanitarios del 061 acompañaron a cuatro camiones de bomberos, tres coches de mando y la unidad canina, formada por tres bomberos y tres perros, de la Diputación Provincial de Zaragoza, procedentes de los parques de Ejea, Tauste y La Almunia.

Pero el trabajo no había terminado. Los bomberos y la unidad canina seguía buscando, al final de la tarde, a la persona que todavía continúa desaparecida. Hasta ahora, se habían empleado en misiones menores. La de ayer fue la gran prueba, una desgracia de la que fueron testigos de excepción y que evidenció que están preparados.

Luto

Hasta la zona, además de los efectivos de bomberos y resto de miembros del operativo, se desplazó el diputado delegado del Servicio Provincial de Extinción de Incendios, Alfredo Zaldívar, que señaló que la diputación había declarado una jornada de luto por los fallecidos en la que las banderas de la institución ondearán a media asta, uniéndose, de este modo, al luto decretado por el Gobierno de Aragón.

Los Tedax de la Benemérita accedieron a la zona y los bomberos refrescaban el área. Mientras, las tareas de búsqueda proseguían aun entrada la noche, que ponía fin a una jornada trágica marcada por la pérdida de cinco vidas y todavía con seis heridos de diversa consideración. No había consuelo, aunque sí héroes, los componentes de un operativo en el que una unidad canina de reciente creación halló vida entre los escombros.