El milagro obrado por las lluvias en las Tablas de Daimiel puede tener un efecto pernicioso. La abundancia de agua puede ralentizar el plan de regeneración hídrica con el que se intenta recuperar el humedal. Además, según advierte José Manuel Hernández, los agricultores podrían dejar de colaborar en la reducción de extracciones de aguas subterráneas para riego, ya que la prioridad de los campesinos de la zona es garantizar una buena cosecha para primavera.