POR

ADRIANA OLIVEROS

Fue una jornada entrañable y cercana. Lejos de protocolos y etiquetas. El Hospital Geriátrico San Jorge de Zaragoza homenajeó ayer a los trabajadores que han prestado 25 años de servicio a la sanidad. La mayoría, con bata o pijama blancos. Algunos, estetoscopio en ristre. Pero todos a una. Y la presidencia, completa, con el consejero del ramo, Alberto Larraz, el gerente de zona, Sebastián Celaya, el director del hospital, Joaquín Pérez Ucedo, el gerente del Salud, Alfonso Vicente, el director de Coordinación del Area Sociosanitaria, Ernesto García Villa, la responsable de Enfermería, Pilar Alcober, y la de Gestión, Pilar Esquillor. Entregaron los diplomas a cerca de 70 personas. Médicos, enfermeras, personal de mantenimiento... Entre ellos, el alcalde de Villamayor, Clemente Martínez, o el jefe de servicio Fernando Perlado (impulsor de este centro pionero en la geriatría en Aragón) que compartió acto y conversación con su homólogo José María Manrique y con el jefe de sección Abel Hernández. Aplaudieron a muchos. Como a Gloria Andrés, organizadora de la fiesta. Cada uno con su clá. Juan Serrano Muñío, de Mantenimiento, el doctor José Joaquín Midón... Y Perlado, que está a punto de jubilarse, habló por todos. Dando las gracias por este nombramiento de veteranos . Y recordando a algunos de los que trabajaron por este centro y que ya no están (las hermanas Adoración y Maravillas, Maite Coro, Daniel Hereza, José Zabal, Francisco Ramos, Pascual Ortiz, José Casanova, Mai Martínez, Rosa Blanca, Biarge...). Se emocionó la asistencia, unificada por el saludable blanco. Terminó el homenaje, el primero en el centro. Un homenaje grande. Necesario. Casi obligado.