Las factorías de las multinacionales vuelan; o sea, que se deslocalizan. Se van a países donde la mano de obras es más barata, los derechos de los trabajadores son casi inexistentes y apenas hay impuestos y cargas sociales. Por estos motivos u otros similares, la Moulinex cierra en Barbastro y otras fábricas andan tente mientras cobro. Los currantes afectados se desesperan, las instituciones (que en otro tiempo tal vez subvencionaron con dinero público a las empresas que ahora vuelan) no saben qué hacer, los sindicatos carecen de mecanismos de respuesta y todo el mundo se acoquina porque cuando las barbas de tu vecino veas pelar...

Entonces, ¿no se puede hacer nada para evitar la maldita deslocalización? Hombre, yo creo que algo, sí. Al fin y al cabo las multinacionales se llevan la producción pero no renuncian al mercado. Fabrican en la Chimbamba pero siguen vendiendo aquí. Con lo cual la replica está clara: el boicot comercial. Este es un mecanismo de confrontación social sencillo e indoloro para quienes lo practican. Por ejemplo, ¿que se va la Moulinex de Barbastro? Bueno, pues a partir de tal momento ningún aragonés compra un producto de esa marca. Si te llevas la factoría, te quedas sin el mercado regional. Por este procedimiento, los belgas consguieron que la Renault no se les deslocalizase.

Yo les aseguro que aplico a rajatabla esta norma de consumo. Todos mis coches son Opel , mis colchones Pikolín y mis electrodomésticos Balay (la cerveza, ya se pueden imaginar). Pero en mi casa no entra una pila Energizer (los que chaparon impunemente pilas Tudor ) ni maquinillas de afeitar Gillette (que compraron la española Filomatic para controlar el mercado nacional y luego cerraron de un portazo). Si todo el mundo hiciera lo mismo, si los sindicatos y las organizaciones de consumidores fuesen capaces de orientar este tipo de reacción, les aseguro que muchas empresas se lo pensarían dos veces antes de jugar a la deslocalización.