Mañana se conocerán los resultados del análisis de la nueva cepa de legionela hallada en las torres de refrigeración del Clínico de Zaragoza y cuyo descubrimiento obligó esta semana a reemplazar algunas de las piezas de la instalación. Con estas pruebas, la Dirección General de Salud Pública podrá saber la intensidad de la cepa y conocer si ésta corresponde o no al mismo brote que el pasado mes de junio afectó a una veintena de pacientes y provocó la muerte a seis de ellos.

En cualquier caso, la DGA volvió a restar ayer importancia a este nuevo brote, arguyendo que los controles semanales que se llevan a cabo desde junio dan muy poco tiempo a la cepa para que se desarrolle. De hecho, estas mismas fuentes aseguraron que estas evaluaciones "exhaustivas y muy por encima de lo que marca la ley" son una garantía para evitar nuevos casos relacionados con esta bacteria.

El Ejecutivo autonómico reiteró asimismo que, habitualmente, los brotes de legionela tardan en eliminarse de las instalaciones, lo que explicaría la presencia de cepas de la bacteria que hayan sobrevivido al proceso de desinfección de las torres.

El Departamento de Sanidad también está pendiente de los resultados del estudio completo de este brote, que se harán públicos en septiembre, según apuntó en su día la consejera de Sanidad, Luisa Noeno.