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TENSION EN LAS EXHUMACIONES DEL YAK-42

"Sólo estaré tranquila si lo veo, aunque haya que profanar la tumba"

Una familia intentó identificar el cuerpo en vano y otra discutió con la funeraria

"Sólo estaré tranquila si lo veo, aunque haya que profanar la tumba"

Las exhumaciones de los militares muertos en el accidente del Yak-42 que fueron mal identificados por el equipo médico español se han convertido en algunos casos en una desesperada petición de sinceridad por parte de las familias afectadas. El temor a que se rellenaran algunos ataúdes con piedras y tierra, como aseguró un oficial del Centro Nacional de Inteligencia a varios allegados, para aumentar el peso de los cadáveres está provocando situaciones de gran tensión. En Murcia y Valencia se vivieron ayer momentos difíciles entre las familias y los miembros de la comisión judicial encargada de supervisar el proceso. Unos casos que se suman a los del complejo funerario de Torrero de Zaragoza y Barcelona, donde los parientes de dos víctimas solicitaran en vano ver los cuerpos de los fallecidos.

Fue en la localidad murciana de Javalí Viejo donde se vivió la situación más conflictiva. Allí estaba enterrado supuestamente Francisco Javier Hernández, pero las pruebas de ADN realizadas en Turquía y Madrid por las familias revelaron que el cuerpo pertenecía a Feliciano Vegas, cuyos padres, viuda y hermana se desplazaron hasta Murcia para presenciar la exhumación del cadáver.

Al llegar al cementerio, informó Efe , la viuda de Vegas denunció que ella "y no un señor con estrella" podía reconocer a su marido "esté como esté": "Sólo me quedaré tranquila cuando lo vea, aunque para eso tenga que profanar una tumba".

Al comenzar la exhumación, la madre de Vegas, Antonia Javier, intentó abrir el ataúd, por lo que los responsables judiciales ordenaron cerrar las puertas del panteón y obligaron a salir a la familia.

Después, la hermana del militar golpeó uno de los coches de la comisión y les gritó varias veces: "¿Qué más queréis ocultarnos? ¿Qué más quieren hacer con nosotros? Nos están matando poco a poco".

Por otra parte, en la localidad valenciana de Alboraya, Francisco Cardona, cuya familia enterró por error a Alberto Mustienes, tuvo una fuerte discusión con miembros de la funeraria "porque no era la misma con la que se firmaron los permisos". El enfrentamiento verbal surgió cuando llegaron los miembros de la compañía. Según Europa Press , el problema se extendió a los comisionados judiciales. "La Audiencia Nacional debía avisarme oficialmente y no enterarme por una llamada telefónica de una funeraria, que no es la que ha venido", criticó.

Cardona se puso delante de la lápida para saber "qué empresa se iba a llevar los restos" y fueron agentes de la Guardia Civil los que le retiraron. Finalmente, la funeraria se comprometió a enviarle en 72 horas los documentos que en teoría le acreditan para realizar el proceso.

También en Valencia se exhumaron dos cadáveres más, que corresponden a dos militares de Zaragoza: Santiago Gracia y Carlos Oriz.

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