L a resaca de la Cincomarzada saturó los etilómetros de la Policía Local de Zaragoza, cuyos agentes detuvieron en las apenas siete horas de la madrugada de ayer a cinco conductores que, además de ir ebrios, cometieron otras infracciones.

Abrió la juerga Manuel R. R., de 39 años, a quien poco después de la una y media de la noche una patrulla le dio el alto tras observar que circulaba sin luces y efectuaba maniobras antirreglamentarias entre la calle Valle de Broto y la avenida Pirineos, en el Actur. Su tasa de alcohol quintuplicaba la autorizada.

Apenas media hora más tarde, otra patrulla daba el alto al vehículo que conducía Paulo Roberto A. A., de 22 años, tras percatarse de que en él viajaban siete personas. Tuvieron que interceptarlo, ya que optó por darse a la fuga a gran velocidad. Al soplar, triplicó la tasa permitida de alcohol en la sangre. Será uno de los primeros aragoneses que se sienten en el banquillo en un juicio rápido por conducir bebido con más gente de la permitida en el coche.

La noche se mantuvo tranquila hasta las cinco de la mañana, cuando el coche que conducía Fernando Javier M. Y., de 26 años, se llevó por delante la valla de acceso a un edificio de la calle Casimiro Morcillo. Cuadrupicaba de largo la tasa de alcohoemia punible.

Un joven de 23 años había desobedecido, además, a un juez, que le había prohibido conducir. Lo descubrió la Policía Local al interceptarlo en la avenida de Cataluña. También comprobaron que circulaba con una tasa de alcoholemia tres veces superior a la autorizada. Será juzgado por delito contra la seguridad en el tráfico y por quebrantamiento de condena.

Cerró la noche Pedro José F. A., de 31 años. Este dio positivo en el test de alcohol al que fue sometido poco antes de las nueve de la mañana, cuando colisionó con la bicicleta que conducía un zaragozano de 44 años. El ciclista, que circulaba con casco, sufrió lesiones de carácter leve. No obstante, tuvo que ser evacuado por una ambulancia hasta el hospital Clínico.

Los cinco detenidos por los diferentes incidentes se enfrentarán a procesos por la vía penal en la que la Fiscalía pedirá para ellos, como mínimo, una pena de un año de retirada del carnet de conducir y una multa de varios cientos de euros, además de asumir el pago de las indemnizaciones por los daños provocados a las víctimas de los accidentes y a los propietarios de los bienes que resultaron dañados. No obstante, la normativa que rige la celebración de los juicios rápidos, por la que serán enjuiciados casi todos ellos, les permitirá beneficiarse de una rebaja de un tercio de las penas si reconocen los cargos.