Es comprensible el desconcierto que han provocado en la cúpula del regadío aragonés las constantes arremetidas de la derecha valenciana contra la ampliación del sistema de Monegros. Estos ingenuos regantes nuestros habían dado por bueno (en nombre de la solidaridad de clase e ideología) el trasvase y cualquier desafuero que tuviese a bien perpetrar el Gobierno anterior, y ahora resulta que sus colegas de Levante se ponen en plan borde y les dejan en evidencia. ¡Ah, ingratos!

Los actuales jefes de la Comunidad valenciana dicen que los regadíos aragoneses no son rentables. A lo mejor tienen razón. Fíjense ustedes que, por ejemplo, Julio Iglesias se está haciendo de oro con sus inversiones inmobiliarias en Alicante, sector milmillonario al que llegó de la mano de su amigo Zaplana. Bueno, pues váyanse vuesas mercedes a Miami a roponerle al cantante que meta pasta en los Monegros, a ver si le convencen. ¡Como si fuese lo mismo un campo de alfalfa que un campo de golf!

Incluso Gustavo Alcalde se ha rebotado con Camps y compañía. Pero no nos engañemos, el problema ni se resuelve con buenas palabras ni está cerrado definitivamente (¡doña Cristina Narbona nos valga!). Los grupos económicos que en Valencia y Murcia manejan el suelo agrícola y el suelo urbanizable así como su expresión política (el PP levantino) consideran que poseen derechos directos y absolutos sobre el agua del Ebro. No quieren que nieve ni llueva sobre sus propios territorios (lo que les produce es el sol y el buen tiempo), no quieren construir allí pantanos ni cosa parecida (¡tontos que son los guripas!) y tampoco quieren que aquí se amplíen los regadíos (con unos caudales que ya habían hecho suyos)... A lo que aspiran es a disponer de agua a domicilio, sin molestias, sin límites, sin costes añadidos, sin responsabilidad alguna. Que los aragoneses apechuguen con los embalses y corran con el gasto.

Todo esto es demencial, por supuesto; pero es lo que hay. Y a la vista del pastel, muy infelices serán quienes crean aún en las razones que dieron Aznar y Matas para justificar el PHN. Sobre el trasvase lo más cierto que hemos oído de esas bocas es que se iba a hacer por huevos (Cañete) y, ahora, que los negocios inmobiliarios del Levante tienen derecho exclusivo a disponer del Ebro a caño libre. Tomen nota.