Un grupo de 60 agentes de los Grupos Rurales de Seguridad (GRS) de la Guardia Civil de Casetas formará una unidad especial contra las amenazas nuclear, radiológica, biológica y química, tanto frente a posibles ataques terroristas como ante incidentes por vertidos, residuos, fugas o explosiones en empresas que manejan materiales especialmente peligrosos.

La Unidad de Primera Intervención NRBQ (Nuclear, Radiológica, Biológica y Química), que se sumará a las de Sevilla y Madrid y que dependerá de la Unidad Técnica de Valdemoro (Madrid), fue presentada ayer en Casetas en un acto al que asistieron el presidente de la DGA, Marcelino Iglesias, el delegado del Gobierno en Aragón, Javier Fernández, y el general de la VIII Zona de la Benemérita, Antonio Fernández, entre otros.

Según explicó el jefe de la Unidad Técnica, el teniente coronel Luis Escalada, la Guardia Civil instruirá para estas funciones en todo el país a 1.682 agentes en un plazo de dos años, dentro del llamado Plan de Desarrollo del Sistema de Defensa NRBQ --aprobado el 13 de julio del 2004--. "Tenemos un presupuesto de 2,5 millones de euros para la preparación de los efectivos y el material de protección, pero aún faltan las partidas para los equipos de detección, que son muy complejos y caros. Tal vez a finales de este año los agentes puedan contar con todos los medios. Pero ahora mismo, aunque algunos países como Gran Bretaña nos llevan algo de ventaja, estamos al nivel de Francia e, incluso, por encima de Italia", indicó Escalada.

En concreto, los GRS de Casetas tendrán 17 provincias bajo su supervisión: Burgos, Palencia, Soria, las tres de la Comunidad Valenciana, las cuatro catalanas, Murcia, Navarra, Cantabria, La Rioja y las tres vascas. Eso sí, Valencia y Barcelona albergarán su propio grupo en un futuro. "La amenaza terrorista con este tipo de sustancias comenzó tras los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, con envíos de cartas que contenían esporas de ántrax. Incluso en la Primera Conferencia Mundial de Interpol sobre Bioterrorismo se reconoció el grave y constante peligro que suponen estas armas y se admitió la necesidad de aumentar los esfuerzos en este ámbito", señaló Escalada.

Sin embargo, la Benemérita ya ha actuado en operaciones de este tipo, como en el análisis de 150 sobres de ántrax falsos, en el descarrilamiento de un tren cargado con ácido sulfúrico o en la toma de muestras de radiactividad del submarino británico Tireless . "Nuestras funciones son evaluar riesgos, acordonar zonas, evacuar heridos, descontaminar --la unidad de Casetas tiene ya un vehículo especializado para esta labor-- o tomar muestras de sustancias", agregó el jefe de la Unidad Técnica.