NACIMIENTO BUENOS AIRES, 1953.

ESTUDIOS DOCTORA EN FILOSOFÍA POR LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES.

PROFESIÓN PROFESORA EN LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES. ES INVESTIGADORA EN EL INSTITUTO DE ESTUDIOS DE GÉNERO DE BUENOS AIRES Y DIRIGE EL INSTITUTO ´HANNAH ARENDT´, UBICADO EN ESTA CIUDAD. INAUGURÓ EL CONGRESO IBEROAMERICANO SOBRE MUJER Y CIENCIA CELEBRADO EN ZARAGOZA LA SEMANA PASADA.

--¿Qué le parece que el Gobierno de Aragón haya anunciado la creación de una Comisión de Mujer y Ciencia?

--Me parece importantísimo sobre todo si hay voluntad política de equidad porque así se van a crear los factores diferenciales para que esto suceda. Y es que a veces se confunde el que las mujeres seamos diferentes con el hecho de que tengamos derechos diferentes. Esta comisión va a permitir saber cuáles de estas diferencias conducen a la parcialidad para tratar de corregirlas. También me parece muy oportuno que en este momento, el Gobierno español se haya comprometido en darle igualdad a la diferencia porque es algo que el socialismo nos debía a las mujeres desde hace un siglo.

--¿Cómo han evolucionado sus análisis sobre la mujer en ciencia desde que empezó a abordar el tema?

--Ha sido una buena evolución teórica y técnica de nuestra capacidad de medir la situación de las mujer en ciencia y tecnología. Antes tratábamos de saber cuántas eran mujeres y cuántos hombres en las plazas universitarias, en lugares académicos y de evaluación. Pero no había datos. Cuando los conseguimos, nos dimos cuenta de que si queríamos averiguar cuáles son los escollos en la carrera de la mujer teníamos que refinar las herramientas de análisis. Antes no existían estas herramientas. Y las necesitábamos para averiguar cómo desarmar prejuicios.

--¿En qué sentido?

--A los prejuicios hay que contestarles no con respuestas prejuiciosas, sino mostrándoles datos. Este trabajo se ha refinado mucho. Ahora ya sabemos dónde hay que incidir y dónde demandar la equidad que nos corresponde. Y en esto creo que podemos colaborar con el Estado cuando este tiene voluntad de equidad.

--¿Tiene algún ejemplo?

--España en este momento está viviendo una situación privilegiada porque hay políticas públicas que enfatizan los programas de igualdad de oportunidades. Pero tienen que tener buenos diagnósticos para saber qué políticas públicas hay que aplicar. Este es el momento en el que es importante que las herramientas estén diseñadas porque los momentos de voluntad política con las mujeres son muy fugaces.

--¿Es diferente hacer ciencia en función de si se es mujer u hombre?

--Claro. Hay una socialización diferenciada, las capacidades que se alientan y censuran en cada uno de nosotros y nosotras son diferentes. Esto da una percepción del mundo dispar. Además, creo que el conocimiento tiene mucho que ver con lo corporal, porque el cuerpo te ubica en el mundo de cierta manera y un cuerpo que es capaz de engendrar y de nutrir se ubica de forma diferente en el mundo. Pero todas las capacidades las podemos desarrollar igualmente hombres y mujeres. Es decir, que las capacidades no se desarrollan unas a expensas de las otras.

--Así que todavía existe el machismo. ¿También en la ciencia?

--Sí. Por eso la mujer tiene que proclamar que con estas cualidades cognitivas es capaz de hacer una lectura del mundo que enriquezca la ciencia. Porque si el conocimiento es una aventura universal, nosotras las mujeres tenemos que ofrecer todo este arsenal que no hemos aportado. Esto es oportuno porque algunas cosas como nuestra relación con la naturaleza o con las demás personas --que no es de depredación sino de cuidado-- creo que son éticamente urgentes en la sociedad actual y también en la ciencia que han llegado a un grado de depredación peligroso para la humanidad.