Javier Lambán optó ayer por rebajar el tono de las duras críticas que en las últimas semanas ha estado dirigiendo a las comarcas. Poco antes del pleno de ayer, tras ser --nuevamente-- interrogado por los periodistas sobre el debate entre la función de estas entidades y de las diputaciones, el presidente de la DPZ destacó que estas instituciones no están gobernadas, "afortunadamente", por consejeros autonómicos, sino por alcaldes y concejales de municipios que permiten que estén "al servicio de los ayuntamientos" y que no caigan "en el disparate".

"Yo soy menos negativo en mi balance que algunos compañeros míos de partido, ya que creo que su función es herencia de las mancomunidades", aseguró el socialista. El cruce de acusaciones entre los defensores de las comarcas y el presidente de la institución provincial ha sido una constante ante la necesidad de aprobar recortes por la situación de crisis, y no han faltado los que han recordado a Lambán que 21 de los 32 consejos comarcales están gobernados por el PSOE.

El presidente de la DPZ, eso sí, se mostró firme en su defensa a la entidad que dirige e insistió en que las instituciones intermunicipales solo tienen sentido si están al servicio de los ayuntamientos, que son el verdadero "pivote fundamental" de la administración local. Así, manifestó que los únicos con derecho a cuestionar a las diputaciones son los propios ediles y afirmó que estos muestran un "grado de satisfacción altísimo" con estas entidades. Por ello, valoró que el "empeño de algunos en terminar con ellas" es "más propio del ámbito de la psiquiatría que del de la política". "La DPZ se ve a sí misma con futuro y los ayuntamientos entienden que la necesitan", concluyó.