Este fin de semana tampoco han dado tregua los pirómanos. Los Bomberos tuvieron que intervenir la madrugada de ayer en dos sitios diferentes, pero tan cercanos que todo hace pensar que los incendios son obra del mismo grupo de delincuentes.

El primer foco de fuego se declaró en la calle José Donoso. Ardieron dos contenedores, según fuentes de los Bomberos, y cinco según la Policía. Además, se vio afectado un Opel Corsa que se hallaba estacionado cerca de los depósitos de reciclaje.

Los vecinos, al ver las llamas, se asomaron asustados a las ventanas y algunos de ellos vieron huir de la escena a dos jóvenes de unos 20 años. La Policía, que fue avisada de inmediato, movilizó varias patrullas por la zona, pero la búsqueda dio un resultado negativo.

Poco después del primer incendio se volvió a declarar otro en la calle Octavio Paz, que está en las inmediaciones. En esa ocasión ardió un solo contenedor y no fue precisa la intervención de los equipos antiincendios.

Al parecer, los empleados de un camión de recogida de basuras vieron salir humo del depósito y lograron sofocar las llamas con sus propios medios.

La quema de contenedores se ha convertido en un problema crónico de Zaragoza. Durante el Pilar se incrementó el número y el ritmo de los incendios de depósitos, pero una vez acabadas las fiestas siguen produciéndose actos vandálicos.

Cada contenedor vale 600 euros, pero lo peor no es el coste económico, sino el riesgo que crean quienes provocan unos fuegos que, en ocasiones, se propagan a los vehículos e incluso a los edificios colindantes. El pasado verano, por ejemplo, fue preciso evacuar un inmueble de Doctor Cerrada porque el fuego subió por la fachada y el humo penetró en las viviendas.