La salmantina de 22 años Noelia Hernández y su compañera Laura García eran ´las raras´ que en su casa movían la cucharilla del café hacia dentro en lugar de hacia fuera. Las dos maestras decidieron averiguar si ésta era o no una acción azarosa. Mediante la mera observación en primer lugar, las investigadoras advirtieron que los niños realizan el movimiento en sentido contrario a las agujas del reloj, mientras que en adultos la tendencia es la opuesta. Más tarde, diseñaron un estudio más complejo en el que incluyeron otras variables.

La conclusión que extrajeron, explicó Hernández es que "es una cuestión psicomotriz. Hacia los 12 años cambia el hábito y los niños empiezan a girar la cucharilla hacia el otro lado". A Hernández, que actualmente estudia un máster en Zaragoza, le gustaría continuar con el estudio ya que esta acción en apariencia simple "quizás tenga relación con otros aspectos psicomotrices".