La Fiscalía pidió ayer trece años de prisión para Mustapha B., un marroquí que se ganaba la vida trabajando en el campo, al que acusa de haber intentado asesinar a su compatriota I. M., que sufrió cuatro cuchilladas que estuvieron a punto de costarle la vida --una de ellas, bajo el homoplato, le dañó un pulmón-- tras mantener una discusión el 14 de mayo del 2009 en la casa en la que ambos convivían con un hermano y un primo de la víctima. Alternativamente, propuso al tribunal que le imponga una pena de ocho años por intento de homicidio con la circunstancia agravante de abuso de superioridad.

La acusación particular solicitó una pena de nueve años de prisión, mientras que la defensa solicitó la absolución del acusado.

Mustapha aseguró ayer que atacó con un cuchillo a I. M. --al que las fuerzas de seguridad no han podido localizar-- porque "no tenía otra alternativa" que defenderse cuando le atacaron los otros tres inquilinos después de que la víctima provocara una pelea. "Tenía mucho miedo, estaba muy nervioso", insistió. Afirmó que atacó a I. M. de cara.

ZAPATOS La versión del hermano y el primo de la víctima difieren bastante de la que dio el acusado. Ambos coincidieron en señalar que ellos mediaron para interrumpir una discusión entre Mustapha e I. M. y que, entre cinco y diez minutos después, cuando el segundo se encontraba agachado en el dintel de la puerta de la casa atándose los zapatos, el primero se fue a por él y le atacó con el cuchillo.

Tras la reyerta, Mustapha salió de la casa y, tras ocultar de forma chapucera el cuchillo --la Guardia Civil lo halló en unos minutos, cerca de la casa--, echó a correr por un camino. Confesó que había acuchillado a I. M. en cuanto los guardias lo arrestaron. No trató de huir, explicó una agente.

Los forenses y peritos no aclararon si la agresión se produjo por la espalda o si la víctima recibió heridas en el costado porque llegó a girarse.