El consumo total de agua durante el primer semestre del año ha disminuido más de un 4% en Zaragoza con respecto al 2010. Los datos han sorprendido al propio ayuntamiento, ya que "después de la previsiones de ahorro de los últimos años, no quedaba mucho margen para nuevas reducciones", afirma la concejal de Infraestructuras y Ciclo del Agua, Lola Campos. Pero lo cierto es que la ciudad sigue ahorrando.

En estos seis primeros meses, la cifra global tanto de Zaragoza como de los municipios de alrededor que se abastecen del mismo ramal asciende a 29.298.181 metros cúbicos, más de un millón menos que en el 2010, que fue de 30.412.524. Y un porcentaje que supone en torno al 3,7%. Lo curioso es que mientras Zaragoza ha mermado en su consumo, El Burgo, Pastriz, La Puebla y Fuentes, por ejemplo, han aumentado la demanda de agua sobre otros años.

"En principio, no hay ninguna razón que lleve a este descenso. Ni siquiera en el comportamiento de la industria. Por lo que la explicación más lógica es que el ciudadano continúa economizando, ya que no hay relación directa entre la calidad del agua y la caída del consumo. Y esta percepción es muy positiva", añade Lola Campos.

Las cifras facilitadas sobre el volumen de agua incluye la demanda no solo del agua de boca, que supone un porcentaje mínimo del total cercano al 1%, sino el llenado de fuentes públicas, de piscinas, el riego de jardines o las necesidades de la industria.

LA SITUACIÓN ECONÓMICA Desde la Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes), Cristina Monge recuerda la situación de crisis en la que el ciudadano se encuentra inmerso. "Sin conocer con exactitud los datos, la situación financiera de las familias y la crisis en las industrias hace que todo tipo de gasto mengüe. Lo mismo está ocurriendo con la reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera, ya que las fábricas producen menos y la contaminación también es menor".

Monge menciona asimismo otras dos posibles razones. La primera es el comportamiento, cada vez más responsable, de los ciudados respecto al medio ambiente. Y la segunda, la instalación y aplicación de una tecnología cada vez más eficiente.

"El consistorio ha realizado una inversión muy importante en tuberías y demás infraestructuras relacionadas con el agua. Y eso se tienen que notar. Además, por ejemplo, ya se ha extendido a la gran mayoría de las viviendas el uso de aireadores en los grifos o la doble descarga en las cisternas", añade Monge. Y todo ello, sumado, hace que la cifra global vaya bajando.

No obstante, hay que recordar que la demanda de agua en la comunidad aragonesa se distribuye de la siguiente manera: alrededor del 80% se destina a la agricultura; un 17% a la industria, y el 3% va a las ciudades.

Estos porcentajes cambian en el término de Zaragoza, en donde la industria se lleva buena parte de la misma.