El pleno extraordinario que había forzado el Partido Popular para debatir el plan de ahorro municipal con el que se prevé reducir el gasto en unos 20 millones de euros se quedó en demasiado ruido y muy pocas nueces. El afán de los conservadores por cuestionar las 15 medidas que incluía el decreto del alcalde acabó centrado en la polémica por querer reducir las subvenciones a Ryanair, los recortes en las ayudas a la programación del Auditorio, las aportaciones a la Baja Aragón y poco más. Quizá porque, a la primera de cambio, PSOE, CHA e IU le recordaron al equipo de Eloy Suárez que su propio partido incluía once de ellas en el programa con el que acudió a las pasadas elecciones. Era difícil que el plan no saliera intacto de un envite que resultó forzado y muy descafeinado.

El PP dejó en manos del concejal Jorge Azcón la defensa de su crítica a un plan de ahorro que este tildó de "incoherente, inoportuno, arbitrario, ineficiente económicamente y tramposo". Un paquete de medidas que está "muy mal en el fondo y peor en las formas", ya que entiende que no se les ha invitado a participar en la toma de decisiones.

ÓRDAGO Pero la escapatoria era sencilla: fue el PP el que se apartó del último grupo de trabajo creado para elaborar medidas de ajuste (en la pasada legislatura), anteponiendo a este su exigencia de que el entonces consejero de Cultura y Grandes Proyectos, Jerónimo Blasco, dimitiera o fuera cesado por el alcalde. Un órdago que ayer jugó en su contra.

Desarmada su argumentación y con sus peticiones de elaborar un plan económico financiero y otro de saneamiento en el plazo de dos meses abocadas al fracaso, solo quedaba la confrontación. Sobre la primera, ya le recordó el vicealcalde Fernando Gimeno que "no es que sea necesario, es obligatorio antes del próximo 31 de diciembre". La ley es "más condescendiente" al dar tres meses.

La segunda, con el programa electoral del PP en la mano del portavoz de CHA, Juan Martín, donde se incluían once de las 15 medidas del plan de ahorro decretado, quedó totalmente desarbolada. El nacionalista ya apuntaba, después de este golpe de efecto, que "la cosa se ha esbafado bastante y está flojico, flojico".

Tanto se diluyó la airada crítica inicial del PP que hasta el último as en la manga que se guardaba sonó más a recurso de urgencia que a alternativa real para reducir el gasto. Azcón, después de pedir una y otra vez al Gobierno y al alcalde que se comprometiera a crear un nuevo grupo de trabajo, lanzó dos propuestas.

La primera fue reestructurar las sociedades y patronatos, con las cuatro de cultura (Auditorio, Zaragoza Cultural, Patronato de Educación y Bibliotecas, y la de Artes Escénicas) en una única entidad, integrar el Patronato de Turismo en la de Promoción Exterior, y una tercera un tanto curiosa como la de unir la sociedad mixta Ecociudad Valdespartera (en la que está la DGA y empresas privadas) con Zaragoza Vivienda, íntegramente municipal. La otra tenía más sentido. Se trataba de reducir la partida de personal eventual para altos cargos del Gobierno, "una cuestión fácil y que hacen todas las administraciones".

El alcalde Belloch destacó su agradecimiento a CHA e IU "por su sentido de la responsabilidad al haber pactado las medidas" de ahorro y que "se ha explicitado la mayoría absoluta". Y la soledad del PP municipal.