El asesinato del okupa de Huesca fue fruto de una discusión por una borrachera y no tuvo un móvil concreto. Esta es la principal hipótesis que baraja la Policía sobre el crimen por que el que están detenidos los cuatro hombres con los que el fallecido compartía vivienda. Todos los indicios apuntan a uno de ellos como autor material de los hechos, pero los agentes han optado por mantener a todos bajo arresto para que sea el juez quien aclare la implicación de cada uno de ellos. Los vecinos de la zona indicaron que los detenidos solían emborracharse durante las noches, lo que favorecía continuas discusiones y peleas, algo que ha podido ser causante del suceso. Además las cinco personas, de nacionalidad rumana, habían sido detenidas en diversas ocasiones por pequeños delitos, y habían sido objeto de denuncias por parte de los residentes de la zona a causa de los gritos y peleas que mantenían casi de forma cotidiana. Los hechos ocurrieron a las 02.30 horas de la madrugada del miércoles, en el primer piso del inmueble número 1 de la calle Mesnaderos de la capital oscense. Los cinco hombres okupaban esta casa de forma ilegal. Uno de ellos dio el aviso a la Policía y solicitó una ambulancia porque uno de sus compañeros se encontraba "inconsciente". Cuando llegaron los agentes se encontraron al hombre tendido en el suelo en medio de un charco de sangre, en posición decúbito supino. Al parecer, el joven recibió dos cuchilladas asestadas de forma certera. En el interior del inmueble, la policía encontró un cuchillo de cocina con rastros de sangre.