Aunque las principales afecciones de la crecida del Ebro se han producido en el campo --las organizaciones agrarias han convocado una concentración, el domingo en Zaragoza, para protestar por la suciedad del cauce y las consecuencias que ello tiene durante episodios como los de estos días--, la fuerza del agua ha obligado a evacuar algunos núcleos habitados. Es el caso de la urbanización Torre Urzaiz, en el barrio rural de Movera, en Zaragoza, cuyos vecinos fueron desalojados el domingo, ante el riesgo que suponía la cercanía del agua. En concreto, salieron 74 personas, entre quienes tienen allí una segunda residencia y quienes viven habitualmente. La mayoría encontró acomodo entre familiares y amigos, si bien un matrimonio pernocta en el albergue.

Tampoco pueden volver aún a sus casas las dos familias que, finalmente, fueron evacuadas el martes de la urbanización El Tollo, en Villafranca, un conjunto de unifamiliares, muy cercano al cauce del río, junto a Fuentes.