Con varios días de adelanto respecto a otros años y para ajustar fechas de acuerdo a puentes posteriores, los más de 30.000 alumnos de la Universidad de Zaragoza comienzan hoy las clases en un curso marcado por la falta de convivencia entre grados y licenciaturas o diplomaturas, la conclusión de las obras de la Facultad de Educación, cuya inauguración está prevista para el segundo cuatrimestre y, sobre todo, las movilizaciones previstas por alumnos y personal como rechazo a la política del ministerio.

De hecho, ya se ha programado una concentración con motivo de la visita, el próximo día 23, del ministro José Ignacio Wert a Zaragoza para inaugurar oficialmente el curso académico. En ella está prevista la participación de alumnos, personal de administración y servicios y, posiblemente, personal docente de la universidad.

Además, los estudiantes de licenciaturas y diplomaturas ya no recibirán clases en el campus público, en el que solo se realizarán exámenes de titulaciones que no se correspondan con los grados y la consiguiente adaptación al Plan Bolonia.

Asimismo, a lo largo del curso se abrirá la nueva Facultad de Educación. El nuevo edificio albergará distintas actividades académicas a partir del segundo cuatrimestre, aunque las clases de las titulaciones no se impartirán hasta el próximo curso.

Las obras, después de meses de paralización por falta de liquidez y tras reanudarse el pasado mes de marzo con la aportación de 3,6 millones de euros del Gobierno de Aragón, finalizarán, según las previsiones de la institución académica, el 31 de octubre, más de un mes después del inicio del curso.