El centro de Huesca está raro desde hace unos días. Se respira una tranquilidad poco habitual desde que, el pasado 21 de septiembre, el ayuntamiento ordenó cerrar al tráfico el entorno de los Cosos y los Porches de Galicia para empezar un proceso de peatonalización que, cuando esté completo, tras invertir 11 millones de euros, abarcará 98 de las 381 calles de la ciudad.

Muchos oscenses ven ilusionados la gran transformación que va a experimentar la ciudad a partir de la semana que viene, cuando empiecen las obras en un tramo de unos 150 metros comprendido entre el Coso Bajo y la calle de San Lorenzo.

Pero muchos otros vecinos están en contra de una peatonalización que consideran "radical, abusiva y precipitada", en palabras de Carlota Asín, presidenta de una recién creada plataforma de residentes y comerciantes. Para ellos, el cambio que se avecina debería ser "gradual" y "permitir la convivencia entre vehículos y peatones" en determinadas vías.

El Ayuntamiento de Huesca, presidido por Ana Alós (PP), defiende su proyecto con denuedo, asegura que "no se hará de golpe" y alega que mejorará la calidad de vida de los oscenses y modernizará la ciudad.

"Estamos abiertos a mejorar detalles, pero se mantendrá la esencia del plan porque está suficientemente consensuado con los colectivos sociales", afirma Gerardo Oliván, teniente de alcalde y concejal de Movilidad, que explica que el proyecto ha estado precedido por una serie de informes y consultas con amplia participación social. "En todos los lugares donde se han hecho procesos de peatonalización ha habido oposición", relativiza.

Un gran número de comerciantes considera que la peatonalización les perjudica. De hecho, el presidente de su asociación, Alfonso Piedrafita, reconoce que algunas tiendas han sufrido "un bajón" en las ventas desde que los Cosos se cerraron por completo al tráfico.

Claro que, en su opinión, es difícil saber la causa real del descenso de clientes, dado que la crisis económica también aprieta y que el comienzo del otoño es una época de muchos gastos para las familias.

TRANSICIÓN "Estamos a favor de la peatonalización", subraya Piedrafita. Pero piensa que el consistorio "debería ser más flexible" e introducir cambios que suavicen la transición al nuevo modelo de ciudad, como la autorización de calles donde convivan vehículos y peatones.

En realidad, nadie se opone frontalmente en Huesca a la peatonalización. El grupo municipal socialista sostiene que el plan, que califica de "precipitado" e "improvisado", debería prolongarse más en el tiempo para trastornar lo menos posible la vida cotidiana de los oscenses y la actividad comercial.

"Tal y como se está haciendo, es una ruina para los comerciantes, que han perdido entre el 40% y el 80% de las ventas", declara José María Romance, portavoz de Movilidad del PSOE. En su opinión, el momento elegido por el PP para poner en práctica su idea de ciudad "no es adecuado", pues "coincide de lleno con la recesión que sufre el país".

Oliván, por su parte, calcula que el grueso de la peatonalización, lo que se denomina la T (los Cosos más los Porches) estará listo antes del fin de la legislatura, pero no tiene fecha para el resto. Él no duda del éxito del proyecto. "Huesca", dice, "es el sitio ideal para ir a pie".